Habitual y primeramente, cuando afrontamos situaciones difíciles no sabemos qué hacer ni cómo orar ni a quién buscar para desahogarnos. Nos encontramos entre la espada y la pared y sin ninguna salida. En medio de estas situaciones nos preguntamos ¿Dios, dónde estás en mis circunstancias?, parece que Dios se hubiera olvidado de mí.
Juan 11:28-44 nos habla acerca de Marta y María. Ellas también se sintieron solas y olvidadas cuando su hermano Lázaro murió. Ellas tenían fe en que Jesús las iba a visitar y sanar a su hermano, pero se entristecieron al ver que el Maestro nunca llegó para sanar a su hermano. Mas para todo hay un plan del Señor, incluso cuando pensamos que todo se ha acabado. Sentían una gran tristeza y desconsuelo, pero ellas no sabían que, en medio de esas sus penalidades, iba acontecer un milagro de Dios. Dieron a su hermano por muerto, Lázaro ya llevaba así cuatro días, por lo que habían perdido todas sus esperanzas.
... Pero piensa que lo que estás dando por muerto Dios puede darle vida. No importan los fracasos y golpes que hayas sufrido en la vida, porque en ésas, Dios te dice: todo resucitará, lo que tú ves perdido Dios le dará vida. Tu relación con tu familia cobrará vida, tus negocios, tu pensión, tus papeles migratorios, el informe médico, el progreso escolar de tus hijos, tus sueños, tus estudios, tus finanzas,... todo cobrará vida en el nombre de Jesús. ¿Lo crees? Jesús tiene la habilidad para hacer eso y más; solo tienes que tener un granito de fe.
Le dijo Jesús: “Yo Soy la Resurrección y la Vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Debes entender y creer que Dios nunca llega tarde, que todo tiene un Propósito Eterno y que solo debemos creerle a Él. Jesús llegó cuando todos habían perdido la esperanza. Él no llegó tarde por nada, el propósito de Jesús era llegar días más tarde para dar Testimonio del Poder Milagroso de Su Padre Celestial. Marta y María pensaron que el Señor se había olvidado de ellas y de su hermano Lázaro, pero no fue así, Dios siempre está al control de sus Hijos. Ellas pensaban que todo se había acabado, sus esperanzas las daban por terminadas.
Cuando crees que todo se ha acabado, cuando todo lo has dado por perdido, Dios le dará vida.
Jesús llegó a la casa de Marta y María y les devolvió vivo a su hermano que estaba dado por muerto.
¿Habrá algo difícil para Dios? El Señor te dice: Yo Soy la Resurrección y la Vida, Yo he venido a devolverte lo que el enemigo te ha robado. Vengo a decirte que Yo peleo tus batallas. Yo Soy Dios el Todopoderoso, Yo Soy tu Sanador. Tú no estás solo, nunca te he dejado. Tú no estás sola, llevo tu nombre grabado en la palma de Mi Mano para acordarme siempre de ti.
María y Marta pensaban que estaban solas, pero Dios llegó a Su tiempo y cambió sus lamentos en baile. Hoy el Señor cambia tus lamentos en baile.
Padre nuestro que estás en los cielos, Padre Celestial, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Hoy vengo ante tu presencia para adorarte y bendecir tu Nombre. Señor, no hay nadie como Tú. Gracias por estas palabras dirigidas, por el poder del Espíritu Santo, para bendecir a tu pueblo. Hoy declaro el poder de Dios sobre tu vida en este día hermoso, el Señor se ha acordado de ti y extiende Su Mano para sostenerte. Tú no estás solo. Hoy el Señor nuestro Dios, está viendo tu dolor y te dice: No temas, Yo te ayudo. Declaro, en el nombre de Jesús, que Dios cambiará tu tristeza en alegría. Declaro que el enemigo no prevalecerá contra ti. Declaro, en el nombre de Jesús, que eres cabeza y no cola. Te bendigo en el nombre de Jesús. Declaro lluvia de bendiciones a tu vida y a tu familia. Oro por tu finanzas para que sean multiplicadas y nunca tengas escasez. Marta y María recibieron buenas noticias: su hermano había resucitado. Hoy declaro, en el nombre de Jesús, que tú recibirás un buen informe médico, solo créele a Dios y así será. El mismo Dios que sanó a los enfermos paralíticos, a los ciegos, quien sanó a la suegra de Pedro, a la hija de Jairo, a la mujer del flujo de sangre y resucitó a Lázaro, es el mismo de ayer, de hoy y para siempre. Él ha venido a tu casa hoy para darte vida y vida en abundancia. Solo cree. Y la paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento esté en tu casa siempre. Amén.
No moriré; sino que viviré para contar lo que hizo el Señor”(Salmos 118:17).
Juan 11:28-44 nos habla acerca de Marta y María. Ellas también se sintieron solas y olvidadas cuando su hermano Lázaro murió. Ellas tenían fe en que Jesús las iba a visitar y sanar a su hermano, pero se entristecieron al ver que el Maestro nunca llegó para sanar a su hermano. Mas para todo hay un plan del Señor, incluso cuando pensamos que todo se ha acabado. Sentían una gran tristeza y desconsuelo, pero ellas no sabían que, en medio de esas sus penalidades, iba acontecer un milagro de Dios. Dieron a su hermano por muerto, Lázaro ya llevaba así cuatro días, por lo que habían perdido todas sus esperanzas.
... Pero piensa que lo que estás dando por muerto Dios puede darle vida. No importan los fracasos y golpes que hayas sufrido en la vida, porque en ésas, Dios te dice: todo resucitará, lo que tú ves perdido Dios le dará vida. Tu relación con tu familia cobrará vida, tus negocios, tu pensión, tus papeles migratorios, el informe médico, el progreso escolar de tus hijos, tus sueños, tus estudios, tus finanzas,... todo cobrará vida en el nombre de Jesús. ¿Lo crees? Jesús tiene la habilidad para hacer eso y más; solo tienes que tener un granito de fe.
Le dijo Jesús: “Yo Soy la Resurrección y la Vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Debes entender y creer que Dios nunca llega tarde, que todo tiene un Propósito Eterno y que solo debemos creerle a Él. Jesús llegó cuando todos habían perdido la esperanza. Él no llegó tarde por nada, el propósito de Jesús era llegar días más tarde para dar Testimonio del Poder Milagroso de Su Padre Celestial. Marta y María pensaron que el Señor se había olvidado de ellas y de su hermano Lázaro, pero no fue así, Dios siempre está al control de sus Hijos. Ellas pensaban que todo se había acabado, sus esperanzas las daban por terminadas.
Cuando crees que todo se ha acabado, cuando todo lo has dado por perdido, Dios le dará vida.
Jesús llegó a la casa de Marta y María y les devolvió vivo a su hermano que estaba dado por muerto.
¿Habrá algo difícil para Dios? El Señor te dice: Yo Soy la Resurrección y la Vida, Yo he venido a devolverte lo que el enemigo te ha robado. Vengo a decirte que Yo peleo tus batallas. Yo Soy Dios el Todopoderoso, Yo Soy tu Sanador. Tú no estás solo, nunca te he dejado. Tú no estás sola, llevo tu nombre grabado en la palma de Mi Mano para acordarme siempre de ti.
María y Marta pensaban que estaban solas, pero Dios llegó a Su tiempo y cambió sus lamentos en baile. Hoy el Señor cambia tus lamentos en baile.
Padre nuestro que estás en los cielos, Padre Celestial, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Hoy vengo ante tu presencia para adorarte y bendecir tu Nombre. Señor, no hay nadie como Tú. Gracias por estas palabras dirigidas, por el poder del Espíritu Santo, para bendecir a tu pueblo. Hoy declaro el poder de Dios sobre tu vida en este día hermoso, el Señor se ha acordado de ti y extiende Su Mano para sostenerte. Tú no estás solo. Hoy el Señor nuestro Dios, está viendo tu dolor y te dice: No temas, Yo te ayudo. Declaro, en el nombre de Jesús, que Dios cambiará tu tristeza en alegría. Declaro que el enemigo no prevalecerá contra ti. Declaro, en el nombre de Jesús, que eres cabeza y no cola. Te bendigo en el nombre de Jesús. Declaro lluvia de bendiciones a tu vida y a tu familia. Oro por tu finanzas para que sean multiplicadas y nunca tengas escasez. Marta y María recibieron buenas noticias: su hermano había resucitado. Hoy declaro, en el nombre de Jesús, que tú recibirás un buen informe médico, solo créele a Dios y así será. El mismo Dios que sanó a los enfermos paralíticos, a los ciegos, quien sanó a la suegra de Pedro, a la hija de Jairo, a la mujer del flujo de sangre y resucitó a Lázaro, es el mismo de ayer, de hoy y para siempre. Él ha venido a tu casa hoy para darte vida y vida en abundancia. Solo cree. Y la paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento esté en tu casa siempre. Amén.
No moriré; sino que viviré para contar lo que hizo el Señor”(Salmos 118:17).
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