sábado, 25 de julio de 2015

No pierdas la presencia de Dios

Porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. Hebreos 13:5
Hubo un tiempo bajo la ley del Antiguo Testamento, en el que Dios estaba contigo solamente cuando obedecías por completo. Pero cuando fallabas te dejaba. Sin embargo, hoy tú y yo estamos bajo un pacto completamente diferente y Dios nunca nos dejará, debido a lo que Jesús hizo en la cruz. Allí se convirtió en nuestro holocausto. Llevó nuestros pecados y nuestro castigo. El juicio de Dios contra nuestros pecados cayó sobre Él, que fue abandonado en la cruz por su Padre para que hoy nosotros podamos tener la presencia constante, incesante de Dios en nuestras vidas.
Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, para que tú y yo supiéramos exactamente lo que sucedió en la cruz (Mateo 27:46). Ahí es donde se llevó a cabo el intercambio divino. En la cruz Jesús tomó nuestros pecados y nos entregó la presencia de Dios; mientras, nosotros tomamos la justicia de Jesús y recibimos Su presencia, presencia que Jesús tenía. La presencia de Dios es ahora nuestra toda la eternidad. ¡Extraordinario intercambio divino! Echa un vistazo a lo que la Biblia dice acerca de nuestra herencia en Cristo: Porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Hebreos 13:5-6). ¡Gran confianza la que podemos tener hoy! ¿Qué significa aquí “nunca”?
Significa que cuando estás animado, Él está contigo. Cuando estás decaído, Él está contigo. Cuando estás feliz, Él está contigo. Cuando estás triste, Él está contigo. Cuando estás haciéndolo bien, Él está contigo. Incluso cuando fracasas, ¡Él también está contigo! ¡A eso se refería Jesús cuando dijo que nunca te desamparará ni te dejará! En caso de que todavía no estés convencido, mira lo que dice en el texto original griego. Cuando Dios dijo: “Nunca te desampararé, ni te dejaré”, se emplea una “doble negativa”: para transmitir el sentido más fuerte posible de “nunca” en el idioma griego, se utilizan las palabras griegas ou me, que en esencia significan, “nunca jamás”. Y esta doble negación aparece dos veces en esta declaración de parte del Señor. "Ou me", en griego", se usa para “nunca” y para “ni”. En otras palabras, Dios está diciendo: “¡Yo nunca, nunca te desampararé y nunca, nunca te dejaré!” La Biblia Amplificada pone de manifiesto la fuerza de lo que Dios realmente quiso decir: De ninguna manera voy a fallarte ni a abandonarte ni a dejarte sin mi apoyo. ¡No, no, no te dejaré a ningún grado desamparado ni abandonado ni te fallaré (soltaré mi agarre de ti)! ¡Ciertamente que no! Hebreos 13:5.
¡Asombroso! ¡Eso es lo que Jesús ha hecho por nosotros! ¡Nos ha dado la presencia constante de Dios! Amigo, asiente esto en tu corazón de una vez por todas: ¡Dios nunca te desamparará!, ¡Dios nunca te dejará! Y si escuchas a alguien que te dice que puedes perder la presencia de Dios por castigo, no le prestes atención. No dejes que esa persona te robe la certeza de la presencia de Dios en tu vida. Cuando Dios dice “nunca jamás”, quiere decir “nunca jamás”, ¡nuestro Dios no puede mentir! Eso significa que Jesús, que es tu prosperidad, paz, provisión y sabiduría, está siempre contigo. ¡No puedes hacer otra cosa que prosperar!
Padre, estoy muy contento por tener tu constante e incesante presencia en mi vida debido al intercambio divino en el Calvario. Si estoy animado o decaído, feliz o triste, si lo he hecho bien o lo he hecho mal, Tú estás conmigo. Tu ayuda, protección, disposición, fuerza y guía están de mi lado. No tengo nada ni nadie a quien temer. ¡Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario