sábado, 11 de julio de 2015

Naranjas al personal

Juan llevaba trabajando en la misma empresa dos años. Siempre fue muy serio, dedicado a sus obligaciones y cumplidor de ellas. Llegaba puntual y estaba orgulloso de que en 2 años nunca recibió una amonestación. Cierto día buscó al Gerente para hacerle una reclamación:

– Señor, trabajo en la empresa desde hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace solo 6 meses y ya ha sido ascendido a Supervisor.
– ¡Uhmm!, mostrando preocupación, le dijo: Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte que me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la tienda de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas.
Juan se esmeró en cumplir con el encargo, y en 5 minutos estaba de vuelta.
– Bueno, Juan, ¿qué averiguaste?
– Señor, tienen naranjas para la venta.
– ¿Y cuánto cuestan?
– ¡Ah!…………… No pregunté por eso.
– Ok, ¿pero viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?
– Tampoco pregunté por eso, señor.
– ¿Hay alguna fruta que pueda sustituir a la naranja?
-  No lo sé, señor, pero creo…
– Bueno, siéntate un momento.
El Gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Fernando. Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que le había dado a Juan, y en 10 minutos estaba de vuelta. Cuando volvió, el Gerente le preguntó:
– Bien Fernando, ¿qué noticias me tienes?

– Señor, tienen naranjas, las suficientes para atender a todo el personal, y si
prefiere, también tienen plátano, papaya, melón y mango. La naranja está a 1,5 euros el kilo, el plátano a 2,2, el mango a 0,9 el kilo, la papaya y el melón a 2,8 el kilo. Y me dicen que si la compra es cuantiosa, nos harían un descuento del 8%.
– He dejado encargada la naranja, pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.
– Muchas gracias, Fernando, pero espera un momento..
– Se dirige a Juan, que aún seguía esperando estupefacto, y le dice:
– Juan, ¿qué me decías?
– Nada señor, eso es todo, muchísimas gracias, con su permiso.
Y tú… ¿has hecho hoy tu mejor esfuerzo?
Por eso, haz tu mejor esfuerzo aun con las tareas más sencillas, ya que de otra forma nadie nos confiará tareas de mayor importancia.

Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

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