Si quieres vivir las cosas de Dios, no hace falta que te traigan a empujones, los que estamos en el proceso de Dios sabemos la hora de nuestro llamado, de nuestro actuar. Deja de aplazar tu victoria.
Dios nos está afinando para que cuando sonemos, los muros se caigan solos Con solo nuestro sonido Dios atraerá las grandes victorias a nuestra vida. David había sido anticipado por Dios, y Él ya sabe hasta donde vas a llegar; pero para eso necesitas tener:
Iniciativa: rompe con lo que te detiene, no vivas estancado; el agua estancada coge olor, está pero no sirve, no avanza ni tiene fruto. Lo que pasó ya no tiene eficacia en tu vida, vas a entrar en un tiempo de iniciativa en donde te anticiparás a las cosas de Dios. Él te va a enseñar los próximos pasos para tu vida, y estos son hacer lo que se debe hacer bien hecho, sin que nadie te lo mande.
Pasar por un proceso: a veces, en el mundo natural parece que no ha llegado nuestro momento, pero puede ser que Dios nos detenga solo un tiempo para entrenarnos, y luego poder ponernos en acción y funcionar eficazmente. Quien entrenó a David fue Dios, a Samuel lo ungió. En los procesos siempre Dios nos entrena. A Saúl lo entrenó Samuel pero a David lo entrenó Dios.
1 Samuel 17 está dividido en dos: en los versículos 1-11 se habla de Goliat el filisteo, que representa lo que quiere vencer a Israel. Luego, desde el versículo 12 hasta el 58 se habla de David.
1 Samuel 17 está dividido en dos: en los versículos 1-11 se habla de Goliat el filisteo, que representa lo que quiere vencer a Israel. Luego, desde el versículo 12 hasta el 58 se habla de David.
Hay muchas más palabras a tu favor que lo que dice Goliat acerca de ti. Dios va a hablar más de ti que lo que dice la gente, va a escribir el mejor capítulo, y nadie podrá cortar eso que Dios puso en tu vida.
Dios ya dejó asentadas y escritas muchas cosas de tu vida: “serás más que vencedor”, “yo soy el que te guardo y te escondo en la palma de mi mano”, “no temas porque yo estoy contigo”. Tienes que invertir tiempo en ti y en tu proceso, y para eso hay que entrenarse.
“¿Hasta cuándo va a hablar éste?”¿Quién es éste que dice que ustedes no van a prosperar?”, yo quiero pelear, dijo David.
¿Quién puede frenar el proceso de Dios? ¿Hasta cuándo la crisis te va a hablar? ¡Hay un tiempo en el que tenemos que decir basta!, porque los hijos entrenados por Dios aprovechan la oportunidad, pero los otros no aprovechan nada; por eso David le dijo a Saúl: “no desmaye tu corazón a causa de éste”, porque los hijos de Dios nunca se ven menos que los grandotes.
“Los Saúl” ven a “los Goliat” como gigantes, pero Dios ve a “los David” como gigantes.
El gigante te ve a ti como un gusano, pero Dios te ve como un guerrero entrenado, un gigante en el espíritu. Te entrené para que ningún gigante te detenga, nunca lo creado puede más que su Creador. Nunca la enfermedad, la crisis puede ser más que yo, dice el Señor.
Goliat era un incircunciso: “no pactado”, pero tú eres pactado, fuiste pagado por el precio de la sangre de Cristo.
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