domingo, 21 de junio de 2015

Dios se complace cuando tú eres feliz

Tenemos un Dios con sentido del humor. Además le encanta sorprendernos con sus detalles maravillosos de amor. Y le gusta vernos entusiasmados y rebosantes de alegría al iniciar un proyecto. También, cuando disfrutamos de las cosas que hacemos y de quiénes somos.
Recientemente recibí una misiva muy hermosa que decía: “Hermano, Dios sonríe cuando te ve trabajar”. Y yo pensé: “es muy cierto”. Yo sonrío al trabajar, pero Dios también sonríe al verme trabajar, porque sabe que es algo que disfruto hacer.
Me complace hacerlo porque sé que es un don que Dios me regaló para bendecir a las vidas, a través del lenguaje escrito que permite a las personas escudriñar y escuchar a sus propios corazones. Pero también sé que Dios sonríe al verme hacer algo que me agrada, sonríe también, cuando te ve disfrutar con todo tu corazón de todo lo que haces.
Si te dedicas de corazón, con pasión y sinceridad, a todo lo que haces, sin duda Él se siente feliz por ti. A veces las personas ven a Dios como un ser tirano, distante, un ser que se alegra del mal, que le gusta castigar y dar fuerte a diestra y siniestra.
Pues no, la personalidad de Dios es la más bella y transparente. Él tiene espacio en su corazón para cada uno de nosotros. Conoce cada detalle de nosotros desde adentro hasta fuera, y se deleita cuando nos ve juguetear y sonreír. Cuando sabe que, a pesar de todo, le estamos echando ganas a la vida y luchando por alcanzar esa felicidad que a veces parece breve, pero que es muy necesaria.
Me gusta hablar con Dios, contarle bromas y pequeños chistes aunque sé que Él los sabe de sobra. Me lo imagino sonriendo como cuando un niño juega con su papá. Me gusta saber que mi vida depende de Él y que Él me da las fuerzas para continuar. Me abruma e impacta sobremanera, saberme amado y valorado por Él.

Por eso, si no le conoces, ¡hazle tu amigo! Será la mejor decisión que tomes. Ya verás como te hará sonreír. Hazle también sonreír brindándole tu corazón sin reservas, entregándole tu vida sin condición.

 

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