viernes, 1 de mayo de 2015

¿Será que Dios me va a responder?

“No creo que Dios responda, ya espere demasiado tiempo y ya no creo que responda”.
Una de las cosas que más nos preocupan en la vida cristiana es saber cuándo responderá Dios a nuestras peticiones. No vamos a negar que si le pedimos algo es porque lo necesitamos, y quisiéramos que la respuesta fuera lo antes posible.
 “No creo que Dios responda, ya espere demasiado tiempo y ya no creo que responda”.Hay personas que al pasar el tiempo y no recibir ninguna clase de respuesta, tienden a frustrarse, a enojarse con Dios y a no creer cualquier frase que les vaya a mantener la fe.
Muchas personas dicen: “Estoy cansado de oír que Dios responderá a mis peticiones, pero ya ha pasado mucho tiempo y no responde”, otros dicen: “No creo que Dios responda, esperé demasiado tiempo y no creo que ya lo haga”.
Estas frases tienen algo en común, una cierta desilusión por el hecho de aún no haber recibido una respuesta.
Siendo sinceros, todos hemos estado en algunos momentos, necesitados de una respuesta inmediata de Dios, hemos orado con todas las fuerzas, hemos tratado de creer al máximo pero, aun y con todo, a veces no hemos recibido ninguna respuesta, lo que lleva a nuestra mente a comenzar a cuestionar el por qué. Por qué no recibimos una respuesta.
... En algunos momentos de mi vida, al ver a mis hijos enfermos, con su carita triste, he orado como nunca pidiendo a Dios que los sanase de inmediato, y a pesar que sé que me escucha, no me ha respondido instantáneamente. En esos momentos en los que algo que me duele en el corazón pasa y oro al Señor y no veo respuesta, lo primero que mi mente piensa es: “¿Por qué no me responde?” “¿Será que no le sirvo?” “¿Acaso no trato de vivir para Él?”, “¿Por qué he orado por personas y han sanado, y ahora que oro por mis hijos no pasa nada?”; pero a pesar de los cuestionamientos que mi mente lanza, Dios habla a mi corazón y me dice: “¿Qué pasa si no respondo cuando tú quieres?, ¿es que tienes un privilegio especial delante de mi?, ¿por qué otros pueden pasar por cosas como las tuyas o peores, y tú no?” Entonces mi espíritu es redargüido por el Señor, y con toda humildad le digo: “Tienes razón, perdóname, a pesar de cualquier cosa, seguiré creyendo en ti y en lo que quieras hacer”.
Lo que a mí me pasa, seguramente también le pasa a muchos, y es en esos momentos en los que vemos las cosas muy feas, cuando más querríamos recibir una respuesta de inmediato de parte de Dios, pero,... ¿qué pasaría si Dios no responde en el tiempo que queremos o como queremos?
Cuando estos momentos suceden, recordemos lo que Job dijo en un momento de su tribulación y angustia: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré..” Job 13:15 (Reina-Valera 1960). ¿Te das cuenta de la magnitud de las palabras de Job?, un hombre justo, un hombre que era bien visto delante de los ojos de Dios, pero que estaba pasando los problemas más grandes que cualquiera de nosotros, seguramente, nunca vaya a pasar. Sin embargo, su FE, su CONFIANZA en el Señor era tal, que se atrevía a decir: “aunque él me matare, en él esperaré”.
Quizá ninguno de nosotros sea tan perfecto y recto como Job según el concepto que Dios mismo tenia de él (Job 1:8), pero aun así nos atrevemos a reclamar a Dios del por qué no responde a nuestras peticiones, como si Él estuviera obligado a hacerlo.
Con el tiempo, aprendí que a pesar de que Dios no responda cuando yo quiera o como yo quiero, tengo que estar confiado que su respuesta, sea como sea y en el momento que sea, será perfecta, y si por alguna razón no responde, tengo que aprender a aceptar su voluntad y rendir la mía ante la suya.
A veces creemos que podemos hacer mejor las cosas que Dios, creemos que nuestras ideas o planes son mejores que los suyos, creemos que debería contestarnos ahora mismo, pero ¿quiénes somos nosotros para tratar de explicarle a Dios lo que tiene o no tiene que hacer?, ¿nuestra sabiduría es mayor que la suya? Entonces,... ¿por qué los arranques de enfado y frustración, en los que tratamos a Dios como que si no supiera lo que hace?
Debes creer a pesar de no ver, porque esa es la verdadera FE. Si tú solo crees porque ves, entonces tu fe está condicionada a ver, en cambio, cuando crees aunque no veas, tienes un gran mérito delante de Dios.
La Biblia dice: “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.” Hebreos 11:1 (NTV).
No te enojes con Dios si aun no puedes ver tu respuesta, porque esa no es la mejor actitud ante un Rey Soberano, mejor, a pesar de que nos cueste creer o a pesar que nos sintamos cansados de esperar o frustrados por no haber recibido aún esa respuesta, saquemos de no se sabe dónde, un poco de FE para creer que su voluntad para nuestra vida es perfecta, y todo lo que recibamos o no, es porque Él así lo quiere, pues nuestra tarea es CREER y la suya ACTUAR. 
¿Cuándo responderá el Señor?
No lo sé, pero lo que sí sé es que prefiero que su voluntad se cumpla en mi vida y no la mía, pues la mía está viciada y la suya es PERFECTA.
“Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste. ¡No me abandones!” Salmos 138:8 (TLA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario