viernes, 1 de mayo de 2015

En su luz

Tiempo atrás, un día desperté en la madrugada; serían alrededor de las 5 de la mañana, e inmediatamente me di cuenta que en casa no teníamos luz. Era una noche oscura y bastante caliente, por lo que al no tener energía, los ventiladores no funcionaban, ¡uff, qué calor!, y además, ¡qué oscuridad! Afortunadamente tenia cerca el móvil y me pude desplazar en medio de la densidad de la noche, para dar aviso a la compañía de la luz.
Qué difícil para un ciudadano es vivir sin luz; muchas de las comodidades dependen del uso de la energía eléctrica, y aunque hay cosas que se pueden hacer de forma manual, es mejor y más practico hacerlo usando los electrodomésticos. Como un zumo de naranja natural por las mañanas, qué practico es usar el exprimidor y solo presionar para que el aparato saque el jugo del fruto. Como la lavadora, el ordenador, refrigerador (o nevera), teléfono, internet, iluminación… y la lista sigue y sigue.
Hay un pasaje bíblico que dice que Jesús volvió a hablarle a la gente: Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida.  Juan 8:12 Traducción en lenguaje actual (TLA)
¡Cuánta claridad proyecta la presencia de Dios sobre todas las cosas! 
También, qué difícil es quedarse completamente a oscuras por la rareza de la ausencia de la energía eléctrica, aunque eso siempre se puede arreglar en cuestión de poco tiempo. Verdaderamente difícil es estar lejos de la luz, pero lo que sí es problemático es perderse toda una eternidad, en la oscuridad de estar sin Dios y sin esperanza.
En el Sermón del monte hay un contraste bastante interesante en este mensaje, pues dice una frase muy impactante: "Ustedes son los la luz del mundo".
Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos,  para que todos alaben a su Padre celestial.  Mateo 5:14-16
Se dice que hay un faro que puede ser visto a una distancia de treinta kilómetros. Este mundo necesita faros que cumplan la función de iluminar y guiar a los que andan perdidos, a los que andan lejos, a los que anhelan regresar a buen puerto; por lo que debemos ser conscientes de la oportunidad y responsabilidad que nos asiste como hijos de Dios, para que nuestras acciones puedan llevar a otros a sus pies.
¿Estoy en la luz? Entonces Tú, Señor, eres mi lámpara. ¿Estoy en las tinieblas? Entonces Tú, Señor, me darás luz. Si quiere que Dios le dé su luz, repita esta oración:
Hoy dejo entrar la luz de Dios en mí, dejo que el Espíritu de Dios, El Consolador, traiga divino resplandor. Le abro la entrada a mi corazón, para que sea Él la eterna luz. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario