sábado, 23 de mayo de 2015

La Historia de la Mujer con el Frasco de Alabastro de Perfume

Faltaban dos días para la Pascua y para la fiesta de los panes sin levadura. Por medio de engaños, los principales sacerdotes y los escribas buscaban la manera de arrestar a Jesús para matarlo. Pero decían: "No lo haremos durante la fiesta, para que no se alborote el pueblo".
Mientras Jesús estaba en Betania, sentado a la mesa en la casa de Simón el leproso, llegó una mujer. Llevaba ésta un vaso de alabastro con perfume de nardo puro, que era muy costoso. Rompió el vaso de alabastro, y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los que allí estaban se enojaron internamente, y dijeron: ¿Por qué se ha desperdiciado así este perfume? ¡Podría haberse vendido por más de trescientos denarios, y ese dinero habérselo dado a los pobres! Y se enojaron mucho contra ella. Pero Jesús dijo: Déjenla tranquila. ¿Por qué la molestan? Ella ha efectuado en mí una buena obra. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y cuando quieran podrán hacer por ellos algo bueno. Pero a mí no siempre me tendrán. Esta mujer ha hecho lo que podía. Se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto les digo que en cualquier parte del mundo donde este evangelio sea proclamado, también se contará lo que esta mujer ha hecho, y así será recordada.
Marcos 14: 1-9
 

Los acontecimientos sucedieron en la ciudad de Betania-Betshena, una pequeña aldea de Jerusalén, y el tema central trata sobre una mujer que se dedicaba a la prostitución en aquella ciudad, cuyo nombre de Bethania tiene varios significados: como casa del arrepentimiento, del amor y de la amistad. Tiene un significado espiritual. También ciudad de los dátiles. Posiblemente era conocida con este nombre por ser una ciudad semi-costera, ubicada en la costa del mar Mediterráneo.
También Casa de la pobreza. Posiblemente otros de sus nombres fue Casa de Pobreza y era una puerta para los enemigos de Israel que la querían invadir. Las guerras e invasiones militares traían muerte y hambre por lo cual se cree que uno de sus nombres era ese.
Por otra parte, el nombre de ella fue María, que ha sido vinculado, asociado, familiarizado al nombre de María, hermana de Marta y de Lázaro por algunos teólogos, eruditos de la Palabra, exegetas, escatólogos y estudiosos, pero en sí no existe ninguna relación o vinculación entre estas dos Marías, y así lo prueba, lo confirma El Señor Jesucristo mismo que no volvió a hablar de estos hechos relacionados con esta bendita mujer, sino que fueron silenciados por Él; porque ella fue nueva criatura y las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. La sierva del Señor Jesús, después de arrepentirse y volverse a los pies del Señor, fue transformada, regenerada, cambiada y vuelta otra criatura, nueva creación.
Asimismo existe una corriente pensante que fue una mujer rica, de abundantes riquezas, esposa de un Recaudador de impuestos, pero lo que dice la Palabra de Dios es que ella lo puso, lo entregó todo a los pies del Salvador Jesús.
La Palabra de Dios nos relata, nos revela que ella fue una mujer que se dedicaba a la prostitución, una mujer pecadora, cansada de esta actividad como lo son muchas de estas mujeres que son condenadas y marginadas por la sociedad, pero que se ven obligadas a trabajar en este clase de degradación por necesidad y porque son abandonadas por los padres de sus hijos; tienen que realizar actos que no les agradan para alimentar a sus niños.
Así María, la de las Escrituras, también estaba cansada de esta clase de vida, con una carga muy pesada sobre su conciencia y corazón, que no podía cargar ella sola, y era infeliz, porque la felicidad no la da una actividad, un trabajo, ni una profesión, el dinero, las riquezas, un vicio, una degradación,... hasta que ella escuchó la predicación del evangelio y del Rabí, del Mesías y del Salvador, del Verbo Divino, de Jesús, del Hijo de Dios.

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