Si hay algo difícil de hacer es dejar atrás el pasado; fue un tiempo en el que tomamos decisiones. Cometimos errores, fracasamos o recibimos golpes imborrables por haber tomado algunas malas decisiones. Si vivimos lamentándonos, pensado y hablando del pasado, estamos presos del mismo, lo cual se convierte en una oposición para que vivamos el presente y cultivemos el futuro.
¿Estás atrapado en tu pasado? ¿Será el dolor del pasado más fuerte que el bálsamo que Cristo te da para sanar tu presente y preparar un futuro de gloria a tu favor?
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13-14
Hoy debes dejar atrás tu pasado, vivir tu presente y cultivar tu futuro. Muchas personas solo viven de victorias, fracasos, decepciones y experiencias pasadas, pero muy pocos son los que dejan atrás su pasado para vivir en el presente con la paz, gozo y felicidad que sabe dar Dios a aquellos que aprenden a confiar en Él, y así proyectarse a un futuro de bendición.
Ningún error del pasado tiene el poder para condenarte al fracaso, ya que Cristo te ha "condenado" a la Victoria eterna. Y si Cristo lo ha hecho, ¿quién eres tú, quienes son los demás y quién es tu pasado para aprisionarte y robarte lo que Dios predestinó para ti?
Nunca podrás vivir feliz en el presente y cultivar un futuro, si antes no abandonas tu pasado.
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