Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; el Señor Dios de los ejércitos es su nombre. Amós 4:13
Pero, ¿qué hacer para no ser condenado por Dios? ¿Cómo estar seguro de haber hecho lo necesario o lo suficiente?
Felizmente, la Biblia nos da una respuesta única y verdadera: Dios es justo. Sólo acepta en su presencia a los hombres que sean justos y perfectos como Él. Y en esto Dios muestra su amor por nosotros: cuando todavía éramos aborrecibles pecadores, Jesucristo murió por nosotros, para expiar, en nuestro lugar, los pecados que habíamos cometido (Romanos 5:8; Efesios 2:1-5). Aceptar este regalo de Dios, su perdón, nos “limpia” para estar en su presencia.
Felizmente, la Biblia nos da una respuesta única y verdadera: Dios es justo. Sólo acepta en su presencia a los hombres que sean justos y perfectos como Él. Y en esto Dios muestra su amor por nosotros: cuando todavía éramos aborrecibles pecadores, Jesucristo murió por nosotros, para expiar, en nuestro lugar, los pecados que habíamos cometido (Romanos 5:8; Efesios 2:1-5). Aceptar este regalo de Dios, su perdón, nos “limpia” para estar en su presencia.
Mientras estemos en este mundo aún es tiempo para echar mano de ese regalo de la vida eterna: comienzo de otra vida, de libertad, plenitud y seguridad.
Usted no sabe lo que le reserva el mañana. ¿Se conformará con una vida llena de esperanzas nunca realizadas, de sufrimientos que rara vez fueron aliviados? ¡Acuda, pues, a Aquel que perdona, que da la vida eterna, que consuela, que ilumina. ¡Esté preparado!
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