Apreciar todo lo que Dios nos da a diario nos hace ser agradecidos, aunque bien sabemos que llegar a ese estado de agradecimiento, en el que Dios nos quiere tener, cuesta mucho sacrificio, esfuerzo y trabajo.
Cuesta mucho conseguir todo lo que tenemos o lo que queremos que se cumpla en nuestra vida. Entre tanto, pasamos por largos momentos de oración, muchos días de ayuno, lucha espiritual, nos congregamos, adoramos; soportamos gestos y cuestionamientos de las personas que nos rodean porque las cosas no han salido como esperamos, porque demostramos creer y confiar mucho en Dios,... pero la bendición anhelada no llega.
Cuesta mucho conseguir todo lo que tenemos o lo que queremos que se cumpla en nuestra vida. Entre tanto, pasamos por largos momentos de oración, muchos días de ayuno, lucha espiritual, nos congregamos, adoramos; soportamos gestos y cuestionamientos de las personas que nos rodean porque las cosas no han salido como esperamos, porque demostramos creer y confiar mucho en Dios,... pero la bendición anhelada no llega.
Como es de esperar, las personas que no conocen a Dios no entenderán ese proceso, es más, ni aún nosotros que tenemos comunión con Él lo podemos entender; solo tenemos que creerle, no podemos cuestionar a Dios.
Y nos damos cuenta de que toda esa espera vale la pena cuando vemos los resultados, cuando vemos cumplirse la voluntad de Dios en nuestras vidas, porque Él siempre nos sorprende con muchísimo más de lo que esperamos.
Dios nos conoce y ha contado cada lágrima que hemos derramado en la angustia, no se ha olvidado de nosotros. Nuestro padre sabe más que nadie lo que en realidad necesitamos, no pensemos nunca que Dios nos ha olvidado y que está empeñado en trabajar más por los demás que en nosotros.Y nos damos cuenta de que toda esa espera vale la pena cuando vemos los resultados, cuando vemos cumplirse la voluntad de Dios en nuestras vidas, porque Él siempre nos sorprende con muchísimo más de lo que esperamos.
Lo que pasa es que Dios es un Dios de orden y que todo tiene Su tiempo; Él ya escribió nuestro futuro, pero cada prueba que pasamos nos prepara para saber administrar lo que nos va a entregar, para que cuando nademos en la abundancia o en lugar de privilegio no nos olvidemos de Él, para que nuestro corazón no se llene de orgullo, y para que tampoco dejemos de lado el servicio a Dios y la búsqueda constante de su presencia.
Sé fiel a Dios con lo poco que tienes, porque a su debido momento, en lo mucho te colocara el Señor si sabes ser diligente.
Pero en cuanto a ustedes, sean fuertes y valientes porque su trabajo será recompensado.
2 crónicas 15:7 (Nueva Traducción Viviente).
No hay comentarios:
Publicar un comentario