Sin embargo, en las dificultades olvidamos muchas veces las palabras de Cristo en Juan 16.33. Las sabemos, y sin duda se refieren a parte de su enseñanza: “En el mundo tendréis aflicción”.
Todos hemos afrontado suficientes problemas como para saber que no es posible evitarlos por completo. Pero Jesucristo va más allá al afirmar que nuestra fe en Él llevará, realmente, a sufrir aún más ataques y críticas (Juan 15.18-20). En realidad, para un creyente consagrado es imposible vivir sin problemas en un mundo que es hostil a Dios.
Pero lo que tendemos a olvidar, de la declaración de Jesús, es la segunda parte del versículo. Después de darnos la “mala” noticia de que tendríamos tribulaciones en nuestra vida, brinda palabras de esperanza: “Pero confiad, yo he vencido al mundo”. Vemos que Él no dijo: “Yo venceré”, sino “Yo he vencido”. En Cristo, la victoria ya ha sido ganada. Él tiene la victoria sobre todas las cosas. Hasta la amenaza más grande del mundo, la muerte misma, ya ha sido vencida por Jesucristo.
Ciertamente, la vida no es fácil. Pero tenemos un Dios de amor que no solo entiende nuestro sufrimiento, sino que también decidió experimentarlo personalmente. Dado que lo hizo, ahora podemos estar seguros de nuestra participación en la victoria final sobre cada prueba de la vida.
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