No sabemos cuál será nuestro caminar futuro por los senderos de la vida; y mucho más complicado es saber quién los va a caminar a nuestro lado, de ahí que la intranquilidad y desesperanza que se nos generan dentro de nuestra cabeza, dentro de nuestro corazón, sean muy grandes por lo inesperado del resultado. Resultado que la mayoría de las veces no es el que nuestro corazón desea, pero está claro que no siempre las cosas son como las soñamos.
Irónicamente hablando, la verdad es que casi nunca son como las soñamos pero al menos, siempre tenemos la ilusión dentro de nuestro corazón, de que cuando alguna vez se cumplen, aunque sea la más pequeña de las partes, nos entra tal alegría por nuestro cuerpo que nada en el mundo se puede comparar con ese momento, y ¡solo es una pequeña parte de lo que soñamos!
Ojalá nadie caiga en la desesperanza de esperar algo inesperado, aunque muchas veces ya nos lo esperemos y no deseemos creerlo así.
Muchas veces nos pasa lo mismo que le sucedió a Jake, queremos ganar pero con miedo, y ese miedo nos paraliza y no permite que demos el 101%.
Entonces es cuando necesitamos parar, replantearnos lo que estamos haciendo, y ahí es cuando hacemos lo que sabemos pero con excelencia y calidad.
Basta de ser mediocres, es hora de ser excelentes.
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