lunes, 9 de febrero de 2015

Considera que...

”Ten en cuenta lo que vayas a decir, no lo que pienses.”

Tener en cuenta lo que se vaya a decir es preocuparse y no tomar las cosas a la ligera. Es ser lo suficientemente empático en pensar en el bienestar de los demás. Es contar con la sabiduría suficiente como para saber que son importantes las palabras que salen de la boca.
Al tomar en consideración lo que vas a decir, estás tomándote el tiempo suficiente para analizar si es o no provechoso, o si vale la pena decir lo que estás pensando. ¿Traerá bien, bendecirá una vida, establecerá la diferencia? ¿Lastimará a alguien, creará discordia, amenazará la paz o la integridad de una persona, desencadenará odio?
Lo que pensamos, no necesariamente tiene que ser así. A veces tenemos ideas equivocadas sobre las personas, situaciones o cosas, y por eso debemos tener cuidado al analizar lo que dicen antes de juzgarlas. Y nuestras palabras pueden ser luz o sombras; vida o muerte. Pueden ayudar a levantar o derribar a una persona.
Como dice un conocido refrán: “uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”. Porque muchas veces lo que decimos nos compromete y sabemos que una vez que la palabra es dicha, nada se puede hacer.
El mismo Jesús, teniendo toda la sabiduría del mundo, tuvo momentos en los que prefirió callar y otros en los que habló muy poco. Pero sus palabras fueron de vida, restauración, luz, ánimo, fortaleza, perdón, sanidad, sabiduría y enseñanza. Procuremos imitar a nuestro Maestro, observemos más y hablemos solo lo que sea necesario. Pues como dice la Biblia:“en el mucho hablar hay pecado”.

¡DIOS TE BENDIGA DE MANERA ESPECIAL Y SEAS ALIMENTADO CON ESTE MENSAJE DE ÁNIMO!

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