miércoles, 18 de febrero de 2015

Abriendo puertas

El novio de una amiga es profesor de inglés y trabaja como tal, y ella lo hace en un Colegio pero en otra región del país; comentábamos lo ideal que sería que él encontrara un trabajo en la zona para que pudiesen estar juntos y comenzar a planear sus vidas. En el momento de la conversación que manteníamos, comenzamos a pensar en "mover" nuestros contactos e influencias para ver si existía alguna posibilidad de que así fuese. Así lo hicimos pero no ocurría nada; parecía que el “sueño” no se iba a cumplir.
abriendo puertasAhora, poco más de un año más tarde, tras la jubilación por enfermedad de una de las profesoras del colegio donde trabaja mi amiga, su novio ejerce como profesor reemplazando a dicha docente, que además está embarazada. El período pre y post-natal lo cubrirá él. ¿Casualidad? ¡Nada de eso! Para Dios no la hay, Dios siempre va abriendo puertas que nadie puede cerrar.
Si examinas tu vida con detenimiento, verás que en más de una oportunidad has visto cómo Dios ha abierto puertas delante de ti; puede que no fueran abiertas en el momento en que tú lo pidieras, o tal vez sí, pero seguro que las ha abierto, lo hizo. Y si aún esperas que abra otras, también sucederá. Dios nunca se cansa de abrirte puertas. Él nunca se agota de darte oportunidades y nuevos desafíos para que sigas adelante. Donde quiera que vayas, sea lo que sea que tengas que hacer, Él te va abriendo el paso, te va abriendo el camino.
Impresiona lo real que esto ha sido en la vida de muchas personas. Seguro que nadie podría decir que nunca tuvo una oportunidad o que nunca ha estado ante una puerta abierta a posibilidades. Incluso la posibilidad de experimentar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, fue una inmensa puerta que se abrió ante nosotros, pero lo más extraordinario de todo es que Dios con todo su detallismo y dedicación, se encargó de que encontráramos exactamente lo que necesitábamos al otro lado de la puerta. Si Él ya lo hizo una vez ¿no crees tú que podría hacerlo una vez más?
Dios también tiene puertas abiertas para ti, para acceder a Él, para conversar con Él. Es cierto, Él sabe exactamente qué puertas necesitas que sean abiertas, pero también necesita saber si tú deseas que sean abiertas. Conversa con Él y sé específico, dile las puertas que hoy ves cerradas y que necesitas con urgencia, que sean abiertas de par en par para ti. Tal vez se ha demorado en abrir esa puerta, pero eso no significa que nunca se vaya a abrir ni que te olvides de ella .Tampoco permitas que la puerta de tu corazón se cierre tras la desesperación de la espera, ni cambies de puerta por no saber esperar.
Con respecto a las puertas que se abrirán Dios nos dice lo siguiente:
“Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará.”
Habacuc 2:3b (NTV)

Espera con paciencia, esas puertas se van a abrir, no tardarán. ¡Créele al Señor!

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