viernes, 9 de enero de 2015

¿Es la Muerte una Liberación?

No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos. Isaías 45:21-22.
Dios… manda a todos los hombres en todo lugar,  que se arrepientan. Hechos 17:30.
–Me enteré de la muerte de su mamá… 
–Pues sí; ancianita de casi cien años y hospitalizada desde hace más de tres.. ¡Es una liberación!
Uno se puede preguntar: ¿Una liberación para quién? ¿Para la familia o para la enferma? Sin duda, era para la enferma. ¿Pero es la muerte una escapatoria para todo el mundo?
Para el creyente la muerte es una salida, pues lo saca para siempre de un mundo de pecado y sufrimiento para introducirlo en la presencia de Jesús. Es una ganancia para el creyente. “Partir y estar con Cristo… es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23).
Pero, ¿qué pasa con el incrédulo? De lo relatado en Lucas 16:19-31 sacamos cuatro conclusiones:
1. Después de la muerte se abre un lugar de felicidad para el creyente; para el incrédulo y el indiferente se abre un lugar de desdicha.
2. No se puede pasar de un lugar al otro. Donde el árbol cayere, “allí quedará (Eclesiastés 11:3).
3. Apartado de Dios, en los tormentos, el alma del incrédulo es consciente de estar privada del amor de Dios eternamente.
4. La Palabra de Dios es un testimonio suficiente para que, durante la vida en la tierra, el hombre acepte la gracia divina.
Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas(Deuteronomio 30:19).

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