La profecía dada por el profeta Joel está aún en tiempo futuro, o sea, es para estos tiempos. Llama la atención que el versículo empieza con estas palabras: “Y sucederá que después de esto”. Esto crea una relación entre las plagas de langostas y el juicio de Dios sobre los países o naciones, y el final de los tiempos. Estamos viviendo en estos tiempos, tiempos de guerras y conflictos, tiempos de entretenimiento y desánimo espiritual, tiempos de plagas. No es un secreto lo que cada día vemos en las noticias, amenazas de guerras y surgimientos de plagas, como por ejemplo el virus del Ébola, que es la plaga más letal y que tiene a muchos gobernantes muy preocupados. Son señales de los últimos tiempos.
Aunque estemos viendo un mundo cambiante, un mundo en el que las leyes aprueban muchas cosas que jamás pensábamos que iban a ser aprobadas, aunque el hombre cambie, Dios nunca cambiará y Sus promesas tampoco serán cambiadas. Lo cierto es que estamos viviendo en los últimos tiempos. Mire nada más a su alrededor y observe el entretenimiento en que se encuentra la gente, como por ejemplo, unos jóvenes haciendo cola dos días para poder obtener el último teléfono móvil que surgió. Sin estar en contra de las tecnologías, la verdad es que el enemigo las ha empleado para entretener a muchos.
Satanás quiere distraer a las gentes, y las gentes viven este mundo de distracción. Pensemos que cuando salieron los primeros teléfonos móviles, no había ninguna necesidad de cambiarlos a menos que se rompieran, eran útiles y las gentes vivían felices. Ahora un nuevo teléfono surge cada mes o cada medio año, y las personas se dejan engatusar por las innovaciones de tal manera, que van como corderos al matadero. Las personas de hoy giran en torno a sí mismos; solamente vaya a una consulta médica, a una sala de espera, o a cualquier lugar, y verá que todos viven, giran en torno a ellos mismos. Todos tienen las miradas fijas en sus teléfonos. Lamentablemente, se está perdiendo la calidad de comunicación entre la humanidad, es como si fuera una epidemia en la que todos están fijando la mirada en el teléfono y no en Dios. Lo cierto es que somos una humanidad entretenida, como también es cierto que muchos se pierden o han abandonado a Dios debido al entretenimiento en las redes sociales.
A pesar de todo el cuadro que presenciamos, hay una gran promesa en la Escritura que Dios nos ha dado, no importa cuán entretenidos seamos por el diablo, o que quiera desconectar a la humanidad de Dios y de todo lo que tenga que ver con Dios; hay una promesa profética que nadie puede invalidar y son las palabras dadas por medio del profeta Joel para el pueblo de Israel. La esperanza de esta promesa profética es que permanece en tiempo futuro, para todos nosotros. Aunque camines en valles de sombra de muerte y pienses que no hay esperanzas para los jóvenes, va a acontecer un avivamiento en la tierra como nunca antes visto, donde Dios derramará Su Santo Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones”. Dios va a desatar su Espíritu sobre toda carne y todo ojo lo verá.
Estamos viviendo en tiempos estratégicos en los que es necesario permanecer firmes en la fe. Este es el tiempo de recogimiento espiritual con Dios, de pararnos firmes en la Roca que es Cristo. Muchos se han alejado de Dios y de Su palabra, y han entrado en un enfriamiento espiritual debido al entretenimiento, y como causa de esto, se han quedado parados en la Carrera. Pero hoy el Señor te dice: Levántate no te distraigas más. Es tiempo de poner la mirada fija en Jesús y no en el móvil; desconéctate del teléfono y conéctate a Cristo. Él es el único que te puede salvar y darte la paz que necesitas. Saca tiempo para Él y Su palabra.
Hoy el Señor nos levanta para continuar con lo que Él nos ha encomendado. Olvida ese resentimiento, olvida ese dolor, ya lo borró el Señor. Él ya te ha perdonado, te rescató, pagó el precio por ti para ser instrumento en Sus manos. La venida del Señor se acerca, la meta final está a la vuelta, continúa corriendo, no te detengas.
Hay promesas proféticas de parte de Dios para tus hijos y tu casa. Vuelve a tu primer amor, que tu fe no se debilite, retiene lo que Dios te ha dado, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”. 2ª Timoteo 4.3-4.
Ruego a Dios que te fortalezca y que te revista de nuevo con Sus Armaduras. ¡Levántate! No pares de buscar Su presencia, porque hay promesas para ti y tu casa, vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones”.
“Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”. 2º Timoteo 4.5
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la Meta, al Premio del Supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).
“Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la Fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la Cruz, menospreciando el oprobio, y Se Sentó a la Diestra del Trono de Dios” (Hebreos 12:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
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