martes, 6 de mayo de 2014

Fe en momentos de prueba

Todos aseguramos tener fe, pero ¿qué pasa cuando vienen momentos de prueba? Normalmente todos decimos tener fe, nos sentimos seguros de ello cuando nos lo preguntan, y ahora estamos en un momento de nuestra vida que no necesitamos probarla, la situación actual es tranquila y nos sentimos seguros, pero ¿qué será lo que sucede cuando viene ese problema tan grande y sentimos una gran desesperación y temor?, ¿a dónde va nuestra fe?, ¿dónde queda nuestra seguridad?
fe en los momentos de prueba

Tal vez te ha pasado que estás seguro de confiar en Dios y te sientes con ánimos de invitar a otro a creer con todo el corazón, igual que tú, pero llega un momento de prueba en tu vida que te hace tambalear, dudar, perder el control que creías tener. Hace algunos días asegurabas sentirte confiado, pero llegó esa situación inesperada a tu vida y hoy sólo buscas desesperadamente la salida. Esa fe que creías tener ahí está, pero en estos momentos está siendo probada.

A todos nos llegan los momentos de prueba. Aunque nos consideremos o seamos buenos, los momentos de prueba llegarán; hay personas que, erróneamente, creen que la “gente buena” o los que “buscan mucho a Dios” no tienen problemas, cuando la realidad es que, tal vez tengan más situaciones complicadas que los demás, pero con la gran diferencia de que esas “personas sin problemas” han llegado a un nivel más alto de fe, han sido desafiados tantas veces que la medida de fe, en ellos, ha crecido, tal como pasa cuando haces ejercicio, que tú quieres desarrollar un músculo y hacerlo fuerte, y entonces te sometes a rutinas que al principio duelen y requieren de un esfuerzo, pero con el tiempo el músculo se desarrolla y fortalece.
Así pasa con la fe que, con los momentos de dificultad e incertidumbre la fe está siendo probada, sometida a un esfuerzo extra que a veces duele y otras veces desespera; como si estuviéramos siendo pasados por el fuego, hay momentos en los que el dolor no nos deja comprender. Es muy fácil hablar y ver las cosas sin sentir el problema, pero no es lo mismo estar en medio de la dificultad.
Hoy, a pesar de tu situación, puedes estar seguro que tu fe no se prueba en vano, que las cosas que pasan nunca son casualidades, que no es el destino quien te las presenta, pues las pruebas son diferentes para cada uno; constituyen un trato personal, pero también son para un beneficio personal, nada de lo que estás viviendo es sólo porque sí, porque hay algo más detrás de todo ello, Dios. Dios tiene propósitos para tu vida, y si confías en Él aun en los momentos tristes o difíciles, Él tendrá para ti una recompensa a tu esfuerzo.
No te canses de creer, no pierdas la fe, ejercítala, demuéstrale a tus problemas que tu fe en  Dios es aún mayor. Al final de la batalla habrás conseguido la victoria y un nivel más alto en tu medida de fe, y así todo lo que venga no será nada contra ese músculo tan fuerte que estás desarrollando.

“Tener fe en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aunque no se pueda ver.”

Hebreos 11:1 (Traducción al Lenguaje Actual)

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