“Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo, ni planes, ni conocimiento, ni sabiduría.”
Eclesiastés 9:10 Nueva Versión Internacional
En la Biblia se hallan los mejores y más sabios consejos; éste, aunque puede ser algo fuerte es uno de ellos, pues habla de aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan mientras tengamos vida. Cada uno de nuestros días constituye una oportunidad de hacer lo que pensamos hacer..
Dios nos ama a todos por igual, y todos tenemos las mismas oportunidades que se nos pueden presentar en distintos momentos o de diferentes maneras. A todos se nos dieron oportunidades en la vida y con ellas, cada día la posibilidad de intentar lo que esté a nuestro alcance para cumplir nuestras metas.
Eres capaz, inteligente, la gracia de Dios está en tu vida, tienes todo en tus manos para hacer lo que desees; aprovecha el tiempo, disfruta tu vida, planea nuevos retos porque hay que arriesgar para ganar.
Si de algo podemos estar seguros es de que un día se nos acabarán las oportunidades, pero mientras estén al alcance de nosotros, hagamos todo lo que sea posible, no tengamos miedo a intentar lo que sea.
Ver la vida de una manera positiva influye considerablemente en nuestro ánimo y entusiasmo para hacer las cosas, ya que esto nos lleva a tomar decisiones. Es como una cadena que comienza por una idea o sueño, seguida por el deseo de realizarlo y terminando en la acción que lleva a convertirlo en realidad.
Nuestra vida está llena de posibilidades de lograr grandes cosas, y todo empeño y todo esfuerzo tiene recompensa. No temamos al fracaso, no temamos llevar a cabo nuestros planes, nuestro llamado, nuestros anhelos más grandes, porque peor que el fracaso es no haber hecho el intento.
Tenemos que comprender que, en esta vida, todo se puede conseguir porque hay oportunidad de ello. Mientras hay vida hay esperanza.
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