sábado, 6 de diciembre de 2014

Todavía me duele la traición - Reflexiones

MATEO 18: 21,22 “Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: –Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó: –No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.”

“Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es lo suficientemente fuerte como para perdonar una ofensa, sabe amar.”
¿Alguna vez te traicionaron, te engañaron en el matrimonio, noviazgo, en el trabajo o en el ministerio? ¿Te duele la herida? ¿Quieres perdonar y no puedes? ¿Estás tentado de empezar a pagar con la misma moneda? Puede que pienses que fuiste un tonto/a, y que eso no te lo van a hacer nunca más. Son muchas las posibles circunstancias negativas que nos hicieron y ante ellas, tenemos tres opciones:
a) Nuestra primera opción es mantener la distancia y así, sentirnos protegidos y asegurarnos que no volverán a lastimarnos. Es la natural.
b) Nuestra segunda opción es hacer "pagar los platos rotos" a personas que no tienen nada que ver con el asunto. Empezamos a contaminar a otros. Es la carnal.
c) Nuestra tercera opción es perdonar y entregar esa herida a Dios. Él es el único que puede sanarnos, restaurar y renovar nuestras convicciones, y nuestra actitud de servicio y compromiso con los demás. Es la espiritual.
¡Pues yo escojo la última! Si hay alguien que puede entender la traición es Jesús. En Lucas 23:34 dijo: “¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!”, así que Él entiende tu dolor y está presto para sanarte y ayudarte en el proceso. Las heridas son oportunidades para crecer y madurar en la vida. Perdonar no es una opción, es una orden divina para poder experimentar libertad en las relaciones y en la vida. Es un proceso que podría llevar un tiempo en el que se busca restablecer la confianza; y para hacerlo se requiere el compromiso de cambio y responsabilidad.
“Si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, Dios, su Padre que está en el cielo, los perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes.” Mateo 6:14-15

No dejes que las heridas te limiten tu potencial, que cercenen tus sueños. Dios puede cambiar tu desierto en paraíso, si estás dispuesto/a a perdonar, a amar y servir sin esperar nada a cambio. Dios va a usar tus heridas para bendición de otros. Hoy es el mejor día para perdonar y ser sanado de toda herida. Es tiempo de vivir la vida extraordinaria que Dios nos da.
Gracias Señor Jesús por tus grandes enseñanzas. Gracias por las muestras de tu amor. Ayúdame a corregir mis errores y a perdonar. En tu Santo Nombre, amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario