sábado, 6 de diciembre de 2014

¿Qué produce una prueba?

¿Te gustan las cosas a medias? Casi nunca salen bien. Imagínate comer algo que está cocinado pero sazonado solo a medias; no sería muy agradable para el paladar, ¿verdad? Si tuvieras un trabajo donde solo te pagaran a medias no te gustaría. Si tuvieras un matrimonio a medias seguramente tendrías muchos conflictos y heridas....
Así como las cosas a medias no funcionan en la vida, tampoco funcionan en lo espiritual. Hay personas que son cristianas pero, sin ser plenamente conscientes de ello, solo tienen una relación con Dios a medias. Se dicen cristianos pero solo siguen, sirven, alaban y aman a Dios cuando las cosas van bien. Disfrutan de la música, del compañerismo y del ambiente de alabanza espiritual en la congregación, pero cuando viene una prueba abandonan su relación con Dios. Su relación con Dios es solo a medias.
Hay situaciones para un cristiano, incómodas, confusas. Momentos en los que Dios prueba el corazón para poder separar a los que ”le aman” por razones egoístas, de otros que le aman con un corazón sincero. Las pruebas nos ayudan a recordar lo frágil de nuestra humanidad y que no todo en la vida, se puede controlar o solucionar por nuestras propias fuerzas. Las crisis en la vida ayudan a las personas a abrir su corazón en aéreas en que por una razón u otra, se les había negado el acceso a Dios. Los momentos de prueba producen paciencia, obediencia, fe, esperanza, confianza... una relación más intima con Dios.
La Biblia nos dice en Santiago 1:2-5 -”Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada”. Las pruebas evitan que una persona sea "solo a medias" seguidor de Cristo. Ayudan al cristiano a madurar y reconocer que Dios siempre está con nosotros y que nunca nos ama "solo a medias".

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