martes, 30 de diciembre de 2014

¡Te salvé la vida!

El primer trasplante de corazón fue tan difícil como deseado. El hombre que fue sometido a la cirugía, estaba muy enfermo. Su corazón no bombeaba la suficiente sangre a sus pulmones, lo que provocó algunas deformaciones dolorosas y visibles en su cuerpo.
Cuando acabó la cirugía y después de unos días, el hombre despertó y reaccionó.
-La operación ha sido un éxito, estoy muy orgulloso de haberle podido dar un nuevo corazón, le dijo el médico al paciente. El hombre no tenía las suficientes palabras de agradecimiento por lo que había hecho por él.
La fama de esta operación fue anunciada rápidamente en todo el mundo. Todos estaban asombrados de los avances de la medicina en esta área. Pero aunque este hecho tuvo una gran repercusión, hubo otro aún más trascendental, hecho por el médico de médicos, Cristo, que vino al mundo para morir por nosotros para que pudiéramos tener un corazón nuevo, como claramente lo podemos ver en su Palabra.
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” Ezequiel 36:26 (RV-1960)
Muchas veces, nuestro corazón es lastimado y queda endurecido. Está tan herido por la soledad, la traición, el pecado y la enfermedad, que necesita un trasplante de corazón.
Estas fechas son un recordatorio del gran día en que nuestro Salvador vino al mundo, solo con un propósito, salvarte la vida. Acepta su amor y perdón, además de un corazón nuevo que te ofrece sin ninguna condición.
“Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.” Marcos 10:45 (RV-1960)
Deja que Jesús cambie tu corazón por completo, lo deje sin ninguna cicatriz y así te salve la vida.

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