El sentido religioso de la vida, indudablemente, se ha visto perjudicado y con ello también, celebraciones tan importantes en la religión como la Navidad, que es el nacimiento del Niño Jesús. Se están perdiendo las costumbres intrínsecamente unidas a las navidades, como es el cantar villancicos, poner el Belén en nuestras casas, la visita a las iglesias...
Una cosa es que El espíritu navideño se vea reducido a dar regalos a tus seres más queridos o poner un abeto, pero no se debe obviar la realidad cristiana que es la que fundamenta y da sentido a este período. Actualmente, hay algún sector de gente que quiere eliminar cualquier referencia religiosa, quieren convertirlas en unas fechas laicas y por eso desean, conscientemente, unas “Felices Fiestas” o como se oye alguna vez, “Feliz Solsticio de Invierno” para con ello, evitar decir las palabras “Feliz Navidad”. Y la verdad, no deberían entenderse unas navidades ajenas a Cristo.
Apelo al espíritu navideño, a compartir con los más necesitados, a ayudar a nuestras madres y esposas en las tareas del hogar, a visitar las casas de nuestros abuelos, a ayudar a la gente en su transcurrir cotidiano…, que sea el eje de nuestro comportamiento, el hacer, en la medida de todas nuestras posibilidades, más feliz y más fácil la vida a la gente que nos rodea. Por ello, desde aquí, os deseo de todo corazón:
FELIZ NAVIDAD y PRÓSPERO AÑO 2015
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