Juan Sebastián quedó huérfano a la edad de nueve años y por eso se crió con su hermano, comenzando con él su adiestramiento musical. Bach un día, dijo: “ El único propósito de la música debe ser para la Gloria de Dios y la recreación del espíritu humano”.
Otro día, Bach le dijo a un estudiante: "Practique usted diligentemente, y todo irá bien. Usted tiene cinco dedos en su mano tan saludables como los míos”. Cuando se le preguntó cuál fue el secreto de su éxito, respondió: “ Yo fui hecho para trabajar, y si tú eres igualmente diligente, serás igualmente exitoso”.
Juan Sebastián Bach fue devoto a Dios y también dijo: “Donde hay música tocada con devoción, Dios está al alcance de la mano con su graciosa presencia”.
Los auténticos músicos no son producto del azar, sino de devoción, entrega y diligencia.
No importa tu profesión u oficio…no es asunto de casualidad en cualquier faceta, sino de devoción, entrega y diligencia. Dale a Dios todo lo que tienes y Él te devolverá hasta que te sobre.
Deuteronomio 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.
Proverbios 12:27 El indolente no chamuscará su caza: Mas el haber precioso del hombre es la diligencia.
2 Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
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