lunes, 1 de diciembre de 2014

El privilegio de la oración

Piense en alguno de sus mejores amigos. ¿Recuerda el momento en que lo conoció? Seguramente, al principio, solo tenían algunas cosas en común, pero con el tiempo aprendió a interesarse por cada aspecto de su vida. La relación surgió con naturalidad, no por obligación.
Piense ahora en lo diferente que sería la amistad entre ustedes si solo buscara a su amigo cuando necesitara algo. Pues así es como tratamos a Dios algunas veces. En vez de ir a Él para gozar de su compañía, oramos solo cuando necesitamos su ayuda.
Pero el Señor nos creó para que tuviéramos una relación estrecha y amorosa con Él, y por eso nos ha dado el privilegio de buscarlo en oración en cualquier momento. De hecho, su Palabra dice: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia” (Hebreos 4.16). Si no tenemos en cuenta este privilegio, pasarán desapercibidas las respuestas a nuestras oraciones y perderemos la maravillosa oportunidad de conocer a Dios de manera personal.
El Señor se revela a nosotros de varias maneras. En Mateo 7.9-11, leemos que nuestro Padre celestial siempre da cosas buenas a quienes le pidan. Sin embargo, no somos nosotros quienes decidimos lo que es bueno. Dios es un Padre sabio que mira más allá de nuestros deseos inmediatos y ve lo que necesitamos.
Al observar cómo responde Dios a nuestras peticiones aprendemos de su tiempo perfecto. El desánimo que sentimos al no ver una respuesta inmediata a nuestras oraciones, es una de las principales razones por las que dejamos de orar. Sin embargo, lo que no podemos ver es la actividad del Señor y a veces, Él está preparando las circunstancias antes de enviar una respuesta; y frecuentemente, antes nos prepara para que recibamos lo que Él quiere darnos.
La clave para orar con fe es tener confianza en nuestro Padre celestial, y ésta solo se adquiere cuando acudimos a Él para estar en su presencia y no para obtener algo. Él nos conoce y desea que conozcamos el gran amor que nos tiene. Pasar tiempo con Dios transforma nuestro corazón y lo hace más como el suyo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario