Hoy día estamos viviendo días difíciles, días en que los hombres ya no se acuerdan de Dios. Hay quienes que, como en los tiempos de David, dicen que no hay Dios en los cielos, y hacen mucha maldad condenando más y más su vida a una muerte eterna; hay muchos, dentro de la misma iglesia, que dicen adorar a Dios, pero no hay en ellos temor de Dios y siguen viviendo una vida que no Le agrada, dando así un mal testimonio, avergonzando el nombre de Dios y de su hijo amado Jesús, y por ende, avergonzándose ellos mismos.
Apocalipsis 3:15-16 Estoy enterado de todo lo que haces, y sé que no me obedeces del todo, sino sólo un poco. ¡Sería mejor que me obedecieras completamente, o que de plano no me obedecieras! Pero como sólo me obedeces un poco, te rechazaré por completo. Nadie puede engañar Dios; Él ve el corazón de cada uno de nosotros, Él sabe perfectamente nuestra condición y nuestra vida por completo, nada se le escapa, por eso debemos ponernos a cuentas con Dios y desechar toda doctrina del mundo, para no ser rechazados eternamente por Dios; sin esperanza, porque muchos dicen que Dios es amor y es cierto, pero también Él es fuego consumidor. Despojémonos de todo pecado.
1ª Juan 4:16 Sabemos y creemos que Dios nos ama, porque Dios es amor. Cualquiera que ama a sus hermanos está íntimamente unido a Dios. Realmente Dios es amor, y además, Dios no es injusto, no es perverso, no hace maldad, por lo que debemos cambiar y ser diferentes, dejar todas esas cosas que a Él le desagradan; para agradar a Dios y que su amor y misericordia se manifieste en nuestra vida y en todo lugar a donde vayamos, que su presencia siempre more en nosotros, y aprendamos a amar a nuestro prójimo como Dios ama a su iglesia.
Deuteronomio 4:24 pues Dios es muy celoso y en castigo, podría destruirlos con fuego. No digamos la verdad a medias, porque toda el alma que pecare morirá. Realmente Dios es amor pero también es fuego consumidor, es grande en misericordia y lento para la ira, pero no provoquemos al Dios vivo para que no nos consuma, cambiemos nuestra forma de vida por completo, el cómo hablamos, como actuamos y cómo tratamos a los demás, comportémonos como hijos de Dios honrando al padre siempre.
Pero Dios Padre dice claramente: toma tu lugar, define tu reino y tu señorío porque solo hay dos reinos, el reino de Dios y el de Satanás, solo hay dos caminos: el de salvación y vida eterna, y el de condenación y muerte eterna, solo hay dos señoríos el de Dios, Jehová de los ejércitos, el único y verdadero Dios, creador del cielo, la tierra y todo lo que en ella hay, y el de Satanás. O eres de Cristo o de Satanás, así lo dijo Jesús a los fariseos: vosotros sois de vuestro padre el diablo, pero gracias a Dios, tenemos padre en el cielo, nuestro amado Dios, Dios todo poderoso. Porque Jesús, con su muerte en la cruz del calvario, nos acercó a Dios y nos hizo herederos, juntamente con Él, de su reino celestial, porque el Espíritu de Dios nos da vida en Cristo Jesús, ¡gracias a su amor y misericordia!
El Espíritu de Dios nos da vida.
Romanos 8:1-4 Por lo tanto, los que vivimos unidos a Jesucristo no seremos castigados. Ahora, por estar unidos a él, el Espíritu Santo nos controla y nos da vida, y nos ha librado del pecado y de la muerte. Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no era capaz de hacer, ni podría haber hecho, porque nadie puede controlar sus deseos de hacer lo malo. Dios envió a su propio Hijo, y lo envió tan débil como nosotros, los pecadores. Lo envió para que muriera por nuestros pecados. Así, por medio de él, Dios destruyó al pecado. Lo hizo para que ya no vivamos de acuerdo con nuestros malos deseos, sino conforme a todos los justos mandamientos de la ley, con la ayuda del Espíritu Santo. ¿Ya tomaste la decisión de entregar tu vida a Jesucristo?, ¿tomaste ya la decisión de darle tu corazón y dejar que more en ti?. Porque para agradar a Dios tenemos que vivir unidos a Jesucristo su hijo amado, quien en la cruz del calvario venció a la muerte y perdonó todos nuestros pecados; pagando con su propia vida y cubriéndolos con su preciosa sangre, nos ha redimido a los ojos del Padre Celestial.
Hemos pasado de muerte a vida en Cristo Jesús el hijo de Dios, porque gracias a Él, no hay ninguna condenación para los que vivimos por fe en Cristo. Ahora somos libres porque Jesús nos ha dado libertad y si pecáramos, abogado tenemos para con el Padre porque Él es fiel y justo para perdonar. Así que, gocemos del amor y la misericordia de Dios, y testifiquemos con nuestra vida, con nuestro hablar, con nuestros hechos en todo lugar, primeramente en nuestra casa, para honra y gloria de Dios padre.
Padre Santo, Padre Bueno, Dios de amor y misericordia, hoy te pido, te suplico que me ayudes a amarte como Tú me amas, ayúdame a amar a mi prójimo como Tú lo mandas, y para eso, te pido mi señor y mi Dios, que pongas de tu amor en mí, de ese amor filial, ese amor que nunca cambia y que actúa con gran misericordia. Ayúdame a amar a todos sin excepción, de la misma manera como la que Tú amas; por favor, Padre, ayúdame, reconozco que me falta mucho amor para amar como Tú, y necesito tu ayuda para hacerlo para agradarte siempre. Perdona nuestros pecados, levántanos y redímenos en el nombre precioso de tu hijo amado Jesucristo, amén.
Y que el Dios y padre de toda consolación y de toda la creación bendiga todo tu ser, toda tu vida y te dé la fuerza, el valor y el poder para vencer y poder tener en Cristo Jesús una vida victoriosa. Amén.
Jesucristo pronto viene
No hay comentarios:
Publicar un comentario