martes, 25 de noviembre de 2014

Un Vaso De Agua En La Mesa o En La Mano - Crecimiento personal-espiritual

Un profesor comenzó su clase sosteniendo en alto un vaso de cristal con algo de agua.  Lo sostuvo para que todos lo vieran y preguntó a los estudiantes: “¿Cuánto creen que pesa este vaso?”  Los estudiantes contestaron: “¡50 gramos!” , “¡100 gramos!” , “¡125 gramos”.
-“Realmente, yo no lo sé a menos que lo pese”, dijo el profesor, “pero les pregunto: ¿Qué pasaría si lo sostengo de esta manera unos minutos?”  “Nada”, dijeron los estudiantes.
-“Bien, ¿qué pasaría si lo sostengo una hora?” preguntó el profesor.  “Le comenzaría a doler su brazo”, dijo uno de los estudiantes.
-“Estás en lo correcto, ahora, ¿qué pasaría si lo sostengo todo un día?” “Se le entumecería el brazo; podría tener estrés muscular severo y parálisis, y seguro que tendría que ir al hospital", opinó otro estudiante, y los demás se rieron.
-“Muy bien pero, durante todo este tiempo ¿se alteró el peso del vaso?”, preguntó el profesor.  “No”, fue la respuesta.
-“Entonces, ¿qué fue la causa del dolor de brazo y el estrés muscular?” Los estudiantes quedaron confusos. “¿Qué debería hacer ahora para que no me doliera?” preguntó nuevamente el profesor.
“¡Ponga el vaso en la mesa!” dijo uno de los estudiantes. “¡Exactamente!” dijo el profesor.

Los problemas de la vida son así. Mantengámoslos solo unos momentos en la mente y se verán solucionables. Pensemos en ellos por mucho tiempo y comenzarán a provocarnos dolor. Mantengámoslos aún más tiempo y comenzarán a paralizarnos; no podremos hacer nada.
Es importante pensar en los desafíos o problemas de nuestra vida, pero más importante es “ponernos bien en la mesa,”no tenerlos en cuenta en ese momento, estar calmados y confiados en Dios al final de cada día antes de irnos a dormir. Así no nos estresamos y nos podremos levantar cada día frescos y fuertes para dominar cualquier asunto, cualquier desafío que se nos ponga por delante.
Así que, cuando hoy dejemos la oficina, recordemos “¡colocar el vaso en la mesa!”
El pensamiento resulta extremadamente importante para muchos de nosotros, que tendemos a preocuparnos más de la cuenta, pensando, analizando y proyectando los posibles resultados de las circunstancias que nos aquejan en un momento dado.
El problema es que no solo no logramos nada al mantener excesivamente, esos problemas en la mente, sino que nos desgastamos inútilmente.
Es maravilloso que Dios siempre ha estado al tanto de esta tendencia, y que además, proveyó el antídoto ideal: “colocar nuestras cargas no en la mesa, de la cual pudiésemos volver a retirarlas, sino en Él”.
¿Cuántos estamos llevando cargas por tanto tiempo que nos están haciendo daño?

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