domingo, 9 de noviembre de 2014

Rescatado - Reflexiones

La casa de una viuda muy rica se incendió y la señora murió en el incendio.
Mientras los bomberos trataban de controlar las llamas, se dieron cuenta del que el hijito de la señora, de 5 años de edad, estaba dentro de la casa. No había forma de llegar, las escaleras no llegaban a él. El edificio no tenía ascensor y no sabían como llegar al niño.
Pero un hombre que pasaba por el lugar, vio la escena. Observó un tubo que había al lado de las llamas y que llegaba a la ventana donde se había asomado el niño. Nadie podía tocar el tubo por lo mucho que se había calentado, pero aquel hombre, valientemente, se deslizó por el tubo, quemándose las manos, hasta donde estaba el niño, salvándole la vida.
Un año y medio más tarde, se ventilaba en la corte judicial quien optaba para adoptar al niño y ser el albacea de toda su riqueza. Muchos lo solicitaron, y demostraron lo que creían necesario para optar a ello: trayectoria, negocios, solidez, riquezas, etc.
Pero a ninguno el niño aprobó, y esta era una condición sumamente necesaria. El juez volvió a llamar a quienes habían asistido para que probaran de nuevo, si adoptaban al niño, o si éste les aprobaba, cuando entró en la sala un hombre desconocido.
Caminó lentamente hacia adelante con las manos dentro de los bolsillos, el juez le preguntó por sus credenciales, a lo que respondió: “Señoría, no tengo riquezas ni negocios que me permitan competir contra todos los que aspiran a adoptar al niño”.
El juez le dijo: “¿Pues qué hace usted aquí?, alguna razón debe tener para adoptar al niño”. El señor le contestó: “Solo tengo estas muestras de amor abnegado” (Al decir esto mostró sus manos blancas, quemadas, desechas).
El niño al verlo, reconoció al hombre que le había salvado la vida y con lágrimas en sus ojos, corrió hacia él y le abrazó. Este hombre fue quien le adoptó.
Jesús pagó por ti un precio incalculable. Entregó su vida para salvar la tuya, y también te lleva esculpido en las palmas de sus manos. Él quiere adoptarte como su hijo, cambiar tu desdicha y enfermedad en alegría, riqueza y vida eterna.
¿Aceptas su adopción?
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” JUAN 3:16
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por El.” 1 JUAN 4:9

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