No nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Mateo 6:13.
El que piensa estar firme, mire que no caiga…fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:12-13.
De hecho, la tentación nos impulsa a tomar una elección: o hacemos nuestra propia voluntad, o confiamos en Dios para obedecerle cueste lo que cueste. Todos nos sentimos débiles ante tal elección. Por esta razón, le pedimos humildemente a Dios, que no seamos expuestos a la tentación ni colocados en situaciones en las que el mal podría dominarnos. Y conociendo nuestra debilidad, nosotros mismos debemos procurar evitar esas ocasiones.
Agregamos a nuestra oración: “Líbranos del mal”. Con esto reclamamos un favor que está a nuestro alcance solo por la victoria de Jesús: victoria sobre el mal, sobre el tentador y sobre el mundo.
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