lunes, 24 de noviembre de 2014

¿Cuál Es La Tendencia Política De Dios?

Pensaba en la idea que tiene Dios en mente acerca de la política, cuando me imaginé el siguiente cuadro. Un niño conversando con su padre después de lograr salir de una calle llena de disturbios y barricadas, guardias nacionales armados hasta los dientes sin muestras de humanidad, y jóvenes altivos lanzando piedras y quemando todo a su paso.
Imaginaba a aquel niño, confundido y aturdido a su tierna edad por los acontecimientos presenciados de los que finalmente, junto a su padre, pudo ponerse a salvo; y el niño le pregunta a su padre: “Padre, ¿por qué sucede todo esto, qué piensa Dios, qué dice Dios de todo lo que está pasando en nuestro país?”
El padre, sin tener ni idea de qué decir, en silencio y con lágrimas en sus ojos, le hace un breve comentario sobre la Ilíada como para salir del paso, y le dice: “lo que entiendo de los viejos mitos griegos de antaño, es que los dioses unas veces estaban a favor de los troyanos y otras a favor de los helenos, hijito mío; es decir, unas veces apoyaban un bando y otras veces a otro. Quién sabe, hijo mío, si Dios juega con nosotros a ver quién resiste más”.
El niño, consternado por la respuesta de su padre, busca a su madre que es creyente, y le hace la misma pregunta. La madre le dice: “hijito mío, a veces ni los creyentes sabemos qué responder…” Era obvio que el niño debía preguntarle al propio Dios.
Un par de días después, meditando sobre el asunto, miró al cielo y le dijo a Dios: “Diosito, ¿qué piensas Tú y a quien apoyas en este conflicto?…” no había terminado de hablar y para su sorpresa, Dios le respondió con voz audible:
“Hijito mío, yo estoy del lado de los justos, de aquellos que guardan mis mandamientos, de aquellos que me tienen reverencia y respeto, de aquellos que me honran, me aman y me buscan; hijito mío, sé que las personas no entienden con facilidad, el hecho de que yo sea eterno y vea las cosas más allá de cualquier circunstancia, dado que mi reino no es de este mundo.
Cuando me preguntan de qué lado estoy, les replico que estoy del lado de mi Hijo Jesucristo, a quien un día le daré el gobierno sobre todos los pueblos de la Tierra. Me duele mucho lo que sucede en el país, pero no estoy del lado de ningún partido político. Yo soy Dios y no soy marxista, Yo soy Dios y tampoco soy neoliberal ni burgués, Yo soy Dios, soy apolítico y no he mandado a nadie tirar piedras ni generar el caos, Yo soy Dios, y tampoco estoy de acuerdo que se trate con tanta impunidad a los ciudadanos, Yo soy Dios.
Si buscasen mi rostro, si me buscasen a mí, yo haría de ellos una nación grande, pero buscan resolver sus asuntos por vías humanas que no les dije que hicieran, porque Yo soy Dios. Cuando todo el país se ponga de acuerdo en buscarme, yo estaré de parte de toda la nación, sin importarme que antes fueran demócratas u opositores, porque Yo soy Dios de todos los hombres y de todos los pueblos”.
El niño, asombrado de la regia respuesta, se arrodilló y dio gloria a Dios, y guardó en su corazón, la esperanza de ver en la Tierra el gobierno del Hijo de Dios, Jesucristo, a quien pregona a los cuatro vientos desde aquel día, como el Creador verdadero del movimiento político del reino de los cielos.

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