viernes, 28 de noviembre de 2014

En tu Palabra

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.”
Lucas 5:4-7
En este texto de la Palabra vemos unos discípulos cansados de “procurar” hacer su trabajo, pero todo fue en vano. Toda la noche estuvieron tratando de pescar algo sin éxito. En muchas ocasiones esto nos sucede a nosotros también, ponemos mucho esfuerzo para cambiar a nuestras parejas, que nos están dando dolores de cabeza, o quizás deseamos que nuestros hijos nos hagan caso, pues después de haberlos criado en el Señor, vemos que su camino no es el correcto. Muchas aflicciones nos agolpan, hemos empleado un sinfín de estrategias pero nuestro hogar se nos sigue cayendo encima. Hemos pedido consejos, hemos pedido en la oración, pero vemos que todo sigue marchando de mal en peor; a pesar de todo nuestras redes siguen vacías. 
Todo lo que hemos construido con tanto esmero y trabajo, el enemigo nos lo está robando poco a poco. Llegamos a la iglesia sin aliento, solo Dios (y nosotros) sabe el por qué de nuestra aflicción y por ella sentimos que el mundo se viene abajo. Si esta es tu condición, ¡hay noticias para ti!
Jesus apareció en la escena de estos agobiados discípulos. Podía ver la frustración en sus ojos y el dolor en su corazón. Ellos dependían de esa pesca, era su sustento. Y, ¡sorpresa!, les dio una orden: “Boga mar adentro y echen sus redes para pescar”. Por supuesto que ellos respondieron atónitos: “Pero Señor, hemos tratado toda la noche”. Quizás tú y yo le diríamos: “Pero si lo he intentado todo, he tratado muchas veces”. Sin embargo, Pedro no se quedo ahí; añadió:“PERO EN TU PALABRA ECHARÉ LA RED”.
Bogar mar adentro significa dejar la orilla, significa entrar en una profundidad espiritual que te llevará a alcanzar grandes victorias en el Señor. Cuando bogas mar adentro comienzas a creer al Dios que te ha llamado; marcas tu territorio con tu fe. Ya no tienes que salir al frente cada vez que llaman a orar, sino que en medio de las pruebas tú le sigues creyendo a Dios, y en tu desierto eres agua refrescante para otros. Aunque ya lo has tratado todo, Dios te dice: “inténtalo otra vez”; pero esta vez actúas en la autoridad que te ha conferido su Palabra. ¡EN SU PALABRA, ECHARÁS LA RED!
No todo está perdido, recuerda que el Señor una vez más, te dice que Él está en control de tu vida y te anima a que no desmayes, sino que creas en SU PALABRA.

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