miércoles, 12 de noviembre de 2014

El pecado oculto

Salmos 139: 23-­24 - Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
¿Qué acciones trata en ocasiones, de ocultarle a Dios? Antes de nada, debemos reconocer que delante de Dios estamos desnudos ante Su presencia, que en lo profundo de nuestra alma, lo reconocemos de manera perfecta, pues Él es Omnisciente y Omnipresente. Él sabe qué es lo que hicimos hoy, ayer y en toda la semana. Por lo tanto, nunca podremos ocultarle ningún pecado porque Él llena el cielo y la tierra, y es imposible poder encontrar escondite alguno en el universo, donde escondernos de Dios.
Este salmo de David es muy importante porque David le pide a Dios que lo examine, algo que también debemos hacer cada uno de nosotros, y pedirle a Dios que nos examine… Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; ¿alguna vez le ha dicho esto al Señor? Para dejar de hacer cosas que están mal delante de Dios, necesitamos que Él nos explore.
Por ejemplo: cuando un médico va a hacer un diagnóstico, lo primero que tiene que realizar es examinar detenidamente a la persona o al órgano afectado del cuerpo para hacer ese diagnóstico. Y ante ese dictamen, el médico identifica la enfermedad, y también por los síntomas que presenta el paciente. Nuestro Dios es el médico del alma, y Él tiene la medicina específica para cada enfermedad del alma. Solo Él puede examinarla, determinar el diagnostico y con ello, aplicar la solución. 
Pero primero, para poder expresar "Examíname, oh Dios", se precisa ser sincero delante de Dios.
"Pruébame", o sea que "David sentía que era necesario que fuera probado para saber si era realmente, lo que decía ser en Dios", pues en ese proceso de refinación en nuestra vida espiritual, Dios nos pasa por el fuego para salir más preciosos que el oro... "y conoce mis pensamientos;"; lo que David quiso es que Dios indagara con cautela, la intención de su corazón; que viera si todo lo que tenía en su corazón era agradable delante de Él. "Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno." Le pidió que se fijara cómo era su manera de ser, si era correcto el camino por el que iba. ¿Habrá perversidad en nuestro corazón? ¿Estaremos en el camino correcto por el que Dios anhela que andemos? Debemos guardarnos de los pecados ocultos.
Nos damos cuenta a través de la palabra del Señor, como Acán desobedece a Dios cuando conquistan Jericó; la orden era exterminar, acabar con todo lo que había en la ciudad, y Acán hizo lo contrario al mandato de Dios (Josué 7:1-26) ¿qué es lo que vemos? Vemos una interrupción de la bendición divina sobre el pueblo de Israel a causa del pecado de Acán. Fijémonos en como por el pecado de uno, todo el pueblo de Israel se contaminó; y así sucede muchas veces dentro de la iglesia, que alguien falla a Dios y los demás se contaminan con el pecado cometido. En primer lugar, toda su familia fue la primera contaminada por esa falta; la Biblia nos narra cómo Acán tomó para sí un botín en la conquista de Jericó, pudo más su codicia que prestar atención al mandamiento de Dios, y entonces, Josué desde Jericó, envía a explorar la tierra de Hai para conquistarla con la ayuda de Dios, le traen el informe de que la tierra era muy pequeña y que no había necesidad de que todo el ejército fuera a conquistarla, por lo que dispone que solo 3000 soldados vayan a conquistarla, pero la sorpresa fue que los de Hai derrotan al pueblo de Israel.
Al saber esto, todo Israel se llenó de miedo, no se explicaban por qué había sucedido tal cosa. Fueron vencidos por el enemigo,... estaban completamente consternados por lo sucedido, entonces Josué le reclama a Dios por qué había permitido que fueran derrotados y que cayeran en manos de sus enemigos; nada peor que los cananeos se enterasen de esto, y avisasen a los pueblos de la región y los exterminasen ahí, y le responde el Señor: a ver, tranquilo, levántate "11 Los israelitas han pecado y han violado la alianza que concerté con ellos. Se han apropiado del botín de guerra que debía ser *destruido y lo han escondido entre sus posesiones. 12 Por eso los israelitas no podrán hacerles frente a sus enemigos, sino que tendrán que huir de sus adversarios. Ellos mismos se acarrearon su destrucción. Y si no destruyen ese botín que está en medio de ustedes, yo no seguiré a su lado." Había un pecado oculto por alguien que impidió la victoria de Israel sobre Hai, "No podrás resistir a tus enemigos hasta que hayas quitado el oprobio que está en el pueblo" y Josué sin saber que Acán era el culpable de toda la tragedia que pasó en Israel. Pero Dios le reveló que él era quien había pecado de manera oculta.
Dice la Biblia que la suerte cayó sobre Acán, y a partir de entonces, Josué empieza a interrogarlo. A ver, dime, ¿qué pasó?, no me ocultes nada; Acán le empieza a narrar: "21 Vi en el botín un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata y una barra de oro de medio kilo. Me deslumbraron y me apropié de ellos. Entonces los escondí en un hoyo que cavé en medio de mi carpa. La plata está también allí, debajo de todo." Acán trató de ocultar lo que había hecho en contra del mandamiento de Dios, pero no fue posible, Dios descubrió su pecado. Por muy oculto que parezca su pecado Dios sabe dónde está enterrado, Él lo conoce a la perfección, por lo tanto es necesario que sea sacado, si pudiera llegar a existir ese anatema que Dios aborrece, en nuestro corazón. En nuestra vida espiritual también seremos débiles, si existe algún pecado oculto ante los ojos de los hombres porque delante de Dios todo está al descubierto.
También vemos un ejemplo del pecado secreto de Ananías y Safira en complicidad. Ellos venden una propiedad, pero se quedaron con una parte del dinero y le dijeron a Pedro que esa era la cantidad en que la había vendido, pero era mentira, ¿y si hubieran hablado con verdad? No hubieran sido enjuiciados por Dios, a Dios no podemos ocultarle nada pues Él todo lo sabe. Pedro le dice a Ananías  ¿Acaso no era tuya antes de venderlo? Y una vez vendida, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres sino a Dios!  Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto… después, como a las tres horas, llega su esposa Safira; ella no sabía lo que le había acontecido a su esposo pero Pedro le pregunta a ella ¿es cierto que han vendido la propiedad en tal precio? Ella contesta afirmativamente, y Pedro le dice: ¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a *prueba al Espíritu del Señor? —Le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora te llevarán a ti. En ese mismo instante ella cayó muerta a los pies de Pedro… 
No podemos mentirle al Espíritu santo de Dios, pues nos engañamos a nosotros mismos, Dios quiere todo o nada. No existe ningún pecado oculto a sus ojos.

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