miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿De Qué Sirve Saber de Memoria Las Escrituras Si No Las Creemos y No Las Vivimos?

Puede ser un tema muy comentado, pero lo cierto, lamentablemente, es que no pasa de moda, ¿de qué sirve saber de memoria las Escrituras si no las creemos y si no las vivimos? Hay lugares, centros de rehabilitación contra adicciones, donde se trata de inculcar a los internos la Palabra de Dios, casi que su desayuno, comida y cena es la Palabra. Incluso cuando ya llevan cierto tiempo les asignan tareas, como la de de salir a recaudar fondos para la manutención del lugar, y se puede hallar en los camiones del servicio urbano de basura a estas personas pidiendo apoyo económico, o vendiendo algún producto como un caramelo o un chocolate,... pero además dan un discurso en el cual regularmente, repiten de memoria varios versículos de la Biblia.
Pero para nuestra tristeza, posiblemente un noventa por ciento de las personas que se internan allí, recaen en las drogas o en el alcoholismo. Por supuesto que vale la pena que se siga trabajando en este y otros lugares similares, aunque de cien solo uno se rehabilitara.
Precisamente, porque pueden todas estas personas y muchas otras más que no estén atadas a este tipo de adicciones, saber de memoria la Biblia, y es más, podemos nosotros los cristianos, sabernos con puntos y comas muchas promesas que encontremos en la Escritura,... si no las creemos o no las vivimos no ayudan prácticamente en nada.
El Señor Jesús dijo:
Marcos 9:23 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”
De esto se trata, podemos ver que muchos cristianos, en diferentes áreas, tienen los mismos resultados que quienes no conocen a Dios, matrimonios que terminan en divorcio, negocios que van a la quiebra, familias destruidas, etc., porque aunque es cierto que existen diferentes circunstancias y tiene mucho que ver que se trate de más de una voluntad, la Palabra no deja de ser cierta “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”
Pero además, amados hermanos, en el libro de Hebreos se nos enseña con toda claridad:
Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Si nuestra intención en todo tiempo es agradar a Dios, ¡cómo no creeremos en Él y en sus promesas! Alimentemos nuestro creer, no hay otro secreto, el Señor nos lo ha de reconocer.

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