jueves, 27 de noviembre de 2014

De La Oscuridad A La Luz - Crecimiento personal-espiritual

La semana pasada vi a Juan, quien fuese mi compañero de secundaria. Juan tiene un caso severo de parálisis cerebral y se encuentra discapacitado en una silla de ruedas. Gracias a Dios, su mente está lúcida. Tenía muchos problemas al moverse de una clase a otra. Además, nuestro colegio era muy antiguo, con muchos pisos y muchas escaleras.
Habían pasado casi treinta años desde la última vez que lo vi. Nada había cambiado, seguía siendo el mismo. Siempre tan lúcido como entonces, con la misma sonrisa enérgica en el rostro, y parecía adecuarse a las circunstancias. Lo estaban subiendo a un coche cuando lo vi.
Cuando voy por la carretera montando en bicicleta o practicando otro deporte, pienso en gente como Juan. Pienso en lo afortunados que somos en tener salud y poder usar nuestros cuerpos. Estos fallan cuando no los usamos como es debido o cuando no comemos adecuadamente.
El ejercicio mejora nuestro estado anímico; la actividad física estimula varias sustancias químicas en el cerebro que nos dejan más felices y relajados que antes de ejercitarnos. También nos veremos y sentiremos mejor si nos ejercitamos regularmente, al aumentar nuestra confianza y mejorar nuestra autoestima.
Y también, la actividad física regular puede ayudar a prevenir la depresión. El ejercicio combate las enfermedades crónicas; la actividad física regular puede ayudarnos a prevenir o dominar la hipertensión y disminuir la acumulación de placa en las arterias.
Aún más. La actividad física regular puede ayudarnos a prevenir la diabetes tipo 2, la osteoporosis y ciertos tipos de cáncer. Se dice que cuando uno se ejercita, la probabilidad de tener cáncer disminuye en un porcentaje apreciable. ¿Por qué no habría uno de ejercitarse? Es inaudito que la gente se lo pierda.
Dios creó este hermoso cuerpo lleno de músculos y detalles, y no lo usamos… ¡qué pecado!  Depende de nosotros; la gente no es feliz en su vida y sin embargo, no hace nada para corregirlo. Viven en su propio desarreglo vital aunque creyendo que necesitarían hacerlo, sí, que debieran hacer algo más con sus vidas, pero...  bueno, ¿cuándo lo harán?, ¿cuándo ocurrirá? Nosotros decidimos; solo tenemos esta vida y si esperamos que pase, ... preparémonos para una espera larga y oscura.
A diferencia de Juan, podemos ejercitarnos de muchas formas que él no podría. Nunca deberíamos dar nada por sentado. Hoy es el día… el haz de luz.
Lo principal de la narración anterior, es que hay personas que están imposibilitadas de usar sus cuerpos en plenitud, mientras que muchos de nosotros, que disfrutamos de la posibilidad de hacerlo, decidimos simplemente, que no… ¡un desperdicio de oportunidades dadas por Dios!  Bueno, ojalá que después de leer este pensamiento, tomemos un tiempito para dar aunque solo sea una caminata por el barrio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario