¡Dos actitudes muy destructivas!
-La queja es la expresión de un sentimiento, dolor o resentimiento. Es la expresión de un sentimiento de disgusto, frustración o inconformidad por alguna situación que no se ha podido resolver.
-El reclamo es la acción de protestar por algo, o exigir una acción o el cumplimiento de un derecho que se considera debe ser cumplido.
En los matrimonios es muy frecuente encontrar actitudes de queja y reclamo, debido a las diferencias de opinión en las parejas. No obstante, son temas con los que se debe tener mucho cuidado, ya que si no se controlan estas actitudes se van a generar discusiones y muy posiblemente, frecuentes ofensas que van deteriorando la relación matrimonial.
La verdad es que la queja y el reclamo raramente conducen a la solución de problemas. Por el contrario, los agravan. Entonces, lo primero que debemos reconocer es que estas actitudes no deben usarse en el matrimonio. Debemos entender que estas dos actitudes no son buenas opciones para resolver los conflictos de la relación matrimonial.
Veamos un ejemplo de queja y reclamo: ¡estoy harto de que andes contándole a nuestros vecinos todas nuestras cosas privadas, eres una chismosa! Esta forma de quejarse probablemente generará una respuesta como: ¡Claro, es que no quieres que nadie se dé cuenta de que eres un vago, estoy cansada de ver lo inútil que eres! Este tipo de discusión no acabará en nada bueno. Las quejas y reclamos siempre van a conducir a una discusión estéril, que traerá ofensas y más problemas a la relación.
Lo segundo que debemos entender, es que tampoco nos podemos quedar callados ante los sentimientos de dolor, disgusto o resentimiento. Es muy peligroso quedarse con esos sentimientos, guardados.
Quedarse callado(a) evita discusiones, pero hace que se vayan distanciando poco a poco y puede ocurrir una reacción explosiva en cualquier momento, que puede ser muy destructiva. Entonces, debemos buscar un momento y un lugar oportuno para hablar del tema que nos está molestando del cónyuge. También se debe hacer de una manera respetuosa, expresando el sentimiento sin hacerle sentir a su cónyuge, el sentimiento de acusado o culpable.
En el ejemplo mencionado, sería mejor una expresión como: ¡Mi amor, quiero decirte que me sentí ofendido cuando le contaste a nuestra vecina, acerca de los problemas que estoy teniendo en el trabajo! Eso sería mucho mejor y abriría el espacio para una respuesta como: Oh mi amor, lo siento, no me di cuenta; perdóname. De esta manera se expresó el sentimiento y además, se aclaró el asunto y no hubo consecuencias negativas. Por el contrario, esta actitud hace reforzarse el pacto de amor y fortalece el matrimonio.Quedarse callado(a) evita discusiones, pero hace que se vayan distanciando poco a poco y puede ocurrir una reacción explosiva en cualquier momento, que puede ser muy destructiva. Entonces, debemos buscar un momento y un lugar oportuno para hablar del tema que nos está molestando del cónyuge. También se debe hacer de una manera respetuosa, expresando el sentimiento sin hacerle sentir a su cónyuge, el sentimiento de acusado o culpable.
Si has usado mucho la queja y el reclamo, busca un momento y un lugar oportuno, y pídele a tu cónyuge perdón por haberte quejado y reclamado mucho, y exprésale tu deseo de manejar las diferencias de opinión y los sentimientos de dolor de una manera diferente.
Panal de miel son las palabras suaves, suavidad al alma y medicina a los huesos. Proverbios 16:24.
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