jueves, 2 de octubre de 2014

La Ley De La Polaridad - Crecimiento personal-espiritual

“Nuestra dificultad no se circunscribe, exclusivamente, a la situación que la causó, sino también al estado mental con que la miramos y afrontamos”. 
Ser caminos de bendición 

es una de las lecciones más difíciles de aceptar, comprender y aprender. 

Las circunstancias que vivamos, ni afectan sobremanera, ni tienen por qué ser negativas ni positivas, considerémoslas neutrales. Es nuestra manera de pensar, nuestro estado mental, nuestra perspectiva, lo que hace a la circunstancia positiva o negativa. Usemos una gran enseñanza sobre el tema, cual es una ley universal denominada "Ley de Polaridad." 

“Todo en el universo, tiene un polo opuesto". No habría un interior de un cuarto sin un exterior.
Por ejemplo, tenemos un lado derecho e izquierdo en el cuerpo,... un frontal y un trasero. Toda subida tiene una bajada y toda bajada tiene una subida.  La Ley de Polaridad no solo plantea que todo tiene un opuesto, sino que tiene un igual y un opuesto. Si hay un metro desde el suelo hasta la mesa, tiene que haber un metro desde la mesa hasta el suelo. Si hay 240 Kilómetros desde Madrid a Zamora, por ley debe haber 240 Km. de Zamora a Madrid; no puede ser de otra manera.

“Si algo que consideramos malo, nos pasa en la vida, tiene que haber algo bueno en ello. Si era un poco malo, cuando le damos la vuelta mentalmente, veremos que del otro lado será un poco bueno”.
Usando los ejemplos anteriores, cuando me hallo en circunstancias difíciles, coloco estas hipotéticamente, en medio de un círculo. Entonces, de forma mental, le doy la vuelta a cada circunstancia hasta que la vea del otro lado. Después, doy la libertad a mi mente de examinar las cosas desde esa perspectiva… y nunca me desilusiona lo que encuentro. Mientras la rueda desinflada parece una circunstancia negativa para nosotros, es una muy positiva para quien repara o vende neumáticos. Viendo aún más allá, es posible que mientras reemplaza la rueda, el vendedor descubra un problema mucho más serio que nos pudiese haber costado mucho más dinero, caso de que se hubiese descubierto más tarde. 

Así que, está aún más claro que toda circunstancia puede ser vista de dos maneras.
Es la manera como veamos una circunstancia la que determina su impacto en nuestro pensamiento y estado mental, y esto determina la calidad de vida que vivimos.

 Sin importar lo mala que parezca la circunstancia, tener otra visión, otra perspectiva, nos revela lo bueno.
“Cada adversidad, cada fracaso y cada dolor de cabeza lleva consigo la semilla de un beneficio equivalente o más grande”.

No podemos estar más que de acuerdo con esta meditación. No tenemos mucho poder para escoger o cambiar las circunstancias que atravesamos, pero sí lo tenemos para optar por la manera como reaccionamos a ellas. Resulta interesantísimo el desarrollar una perspectiva positiva de todo lo que nos pase, aunque de momento, lo positivo sea mucho más evidente a otros que a nosotros. Como creyentes en Cristo, esto debiera sonarnos familiar ya que tenemos la promesa de que a los que aman al Señor, todas las cosas habrán de resultar para bien… pero, ¿estaremos dispuestos a creer en lo que Dios nos plantea a pesar del dolor del momento?  En la respuesta a esa pregunta pudiese residir todo el secreto de la vida cristiana, victoriosa y abundante.  

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