“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1º Samuel 16.7).
Cuando te presentas a un trabajo, el que te entrevista no es Jehová sino un hombre, por lo tanto no va a mirar tu corazón, sino lo que está delante de sus ojos. Si lo que está viendo con sus ojos no le gusta, el trabajo será de otro y no tendrás oportunidad de mostrarle tu buen corazón.
Cuando un cliente entra a tu negocio, no mira tu corazón, mira lo que está delante de sus ojos. Y si el comercio no está según su criterio de condiciones, irá a comprar a otro lado y no podrá conocer tu corazón.
Cuando alguien nuevo llega a la iglesia, mira lo que está delante de sus ojos. Y si las instalaciones no están en condiciones, quizás no se quede y no tendrá la oportunidad de conocer el corazón de la congregación.
Pasos Prácticos:- Tu ropa: adecuada, en condiciones, y que te favorezca.
- Tu cuerpo: saludable y bien aseado.
- Comercio: El envoltorio o el embalaje que favorezca a tu producto.
- Iglesia: dependencias ordenadas y limpias, en especial los baños.
Necesitamos entender que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, y comprender que nuestra apariencia es una carta de presentación, sabiendo que la primera impresión muchas veces, suele ser la única.
Yo bendigo tu vida para que puedas tener buen corazón y buena presencia, sabiendo que una cosa no quita la otra, sino que ambas nos bendicen y bendicen a los que nos rodean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario