Uno de los discursos más emotivos y revolucionarios que se conocen de toda la historia, comenzó con las palabras “I have a dream” (yo tengo un sueño). El pastor y activista Martin Luther King Jr. las pronunció con sinceridad, desde su corazón, provocando una catarsis en el alma y la conciencia de millones de personas. Y aunque él está muerto, sus palabras y su sueño siguen haciendo eco y latiendo en el pecho de muchas personas.
Los sueños nos inspiran y nos motivan a luchar para salir adelante. Aunque el panorama muchas veces parece denso y oscuro, el color de nuestros sueños y de nuestras esperanzas nos hacen seguir caminando para poder alcanzarlos. Todo el mundo tiene al menos un sueño que quiere ver realizado con todas las fuerzas de su corazón. Un sueño que siempre nos invita a avanzar e ir por más. Un sueño que puede ser personal, pero que también puede trascender y transformar a otras personas. Un sueño que sin duda alguna, sabes que debe cumplirse.
Por tal razón, anímate a continuar perseverante y enfocado en él. Confía en la fidelidad de Dios, quien dice en su palabra que tiene pensamientos y caminos más altos de los que nosotros alcanzamos a imaginar, que son de paz, de bienestar y para darnos el fin que esperamos, siempre y cuando estén alineados con su voluntad y propósito en nuestras vidas.
Si Martin Luther King Jr. estuviera vivo, hubiera podido presenciar que aunque falta aún mucho para que su sueño sea del todo completado, sí se ha avanzado bastante. Que su deseo y sueño, no solo fue propio, el sueño de él, sino que también ha sido, y es, el deseo de millones de personas.
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