miércoles, 3 de septiembre de 2014

Lo que yo quiero es…..

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.
Juan 15:7
Hablando con un amigo recientemente, me contaba que su esposa estaba embarazada por segunda vez. Como ya tienen una niña, le dije: -Entonces ahora querrás un varón para completar la parejita. Y él me contesta: -Que sea lo que Dios quiera; pero que sea saludable.
He escuchado esta frase muchas veces de personas que esperan un bebé; pero en realidad están esperando que sea de un sexo en particular; sin embargo, tienen miedo de admitirlo, o creen que Dios es tan radical y tajante que no tienen ninguna opción de elegir lo que desean recibir.
La promesa de la cita bíblica de antes es muy atractiva, poder pedir todo lo que queramos y será hecho. Parece cosa de cuento de hadas; pero es una verdad bíblica, en la que podemos basarnos para presentar nuestras peticiones.
Como hijos de Dios, tenemos derecho a todas las promesas que están en la biblia; sin embargo, primero debemos conocer los secretos que dan vida y nos traen realmente tales promesas. Muchas personas conocen y repiten las promesas bíblicas, pero por lo general solo usan la mitad del versículo.
Fíjese que cada promesa bíblica está supeditada a una condición. Podemos pedir lo que sea que queramos y será hecho; pero la condición es permanecer en Cristo y que la Palabra permanezca en nosotros.
Cumpliendo esta condición podemos reclamar la promesa. Algunos dirán: -¡Esto suena a algo impositivo o condicional! La verdad es que al cumplir con la condición desarrollamos una vida plena en Cristo, y Dios recompensa nuestra obediencia y fidelidad cumpliendo los anhelos de nuestro corazón. Por supuesto, recuerde que el Señor nunca le dará algo que no sea de bien para usted.
Si ponemos en práctica la condición del versículo, siempre vamos a pedir bien, porque cuando vivimos a la manera de Dios, nuestras peticiones siempre serán dentro de la voluntad de Dios, la cual es perfecta para nosotros, y Él siempre busca darnos más de lo que pedimos.
Dios no pide solo que vivamos cumpliendo sus mandamientos, que ciertamente lo hace; también está interesado en responder positivamente aquellas peticiones muy propias de nosotros, esas que tenemos guardadas desde hace mucho tiempo, esas que probablemente nadie conozca, que son muy secretas e íntimas en nuestro corazón.
¿Qué es lo que quieres? ¿Estar libre de esos tratamientos médicos? ¿Vivir en otro país? ¿Una familia más numerosa? ¿Una casa propia? ¿Cuál es esa petición secreta?
Prepara tu lista de peticiones y recuerda que primero debes estar bien cimentado en la roca que es Cristo, y su palabra debe morar en ti.
Amado Dios, muchas gracias por las promesas que tienes para mí. Quiero traer delante de ti todas las peticiones que están guardadas en lo más íntimo de mi corazón. Ayúdame a permanecer en Cristo y que tu santa palabra permanezca siempre en mí, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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