martes, 16 de septiembre de 2014

El significado de la mansedumbre

Cuando usted piensa en una persona mansa, ¿qué viene a su mente? 
Vamos a ver los rasgos característicos de la mansedumbre porque raramente obramos así. Manso no significa "débil". Una buena definición de la verdadera mansedumbre podría ser estar enojado solo en el momento correcto, en la medida correcta y por la razón correcta.
La Escritura nos dice que Moisés era muy manso (Números 12:3). A decir verdad, era el hombre más manso sobre la faz de la tierra. Dicho de otra forma, podía mantener un buen equilibrio emocional. ¿Cómo era Moisés? Era paciente y sufrido con los israelitas. Pudo haberlos criticado duramente por sus pecados y rebelión, pero en cambio, rogó por ellos. Cuando Dios le ordenó liderarlos y guiarlos, aguantó durante décadas, reniegos, quejas e insolencia de esas personas que nunca parecían cansarse de probar su paciencia y resistencia. ¡Pero cuando bajó de estar reunido con el Señor en la cima de la montaña y vio a los israelitas inclinarse y venerar al becerro de oro que habían hecho, se enojó tanto que tiró las tablas con los Diez Mandamientos escritos en ellas!
Hay un tiempo para reprimir la cólera y hay un tiempo para expresarla, y el sabio conoce la diferencia. Una persona mansa no es alguien que nunca muestra su enfado, sino alguien que nunca permite que su cólera sea incontrolada. Aunque Moisés era un hombre manso, no era perfecto. Hubo una ocasión en que Moisés dejó escapar su cólera fuera de control, y Dios lo castigó por ello. La mansedumbre no significa no tener emociones; implica estar a cargo de la emoción y canalizarla en la dirección correcta para el propósito correcto. Moisés era un hombre a quien Dios confió gran poder y responsabilidad. Dios le había dado mucho, y esperaba mucho de él.
Desarrolle verdadera mansedumbre en su vida. Mientras lo hace, recuerde la promesa de Dios en Mateo 5:5: "¡Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra!"


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