Actualmente espero que me llegue un libro de un buen amigo, y es muy posible que cuando menos lo espere ese libro llegue a mis manos. Parece que así funciona la lógica, que cuando no esperamos algo o a alguien, llega a nuestra vida y nos sorprende.
Sobre esto último he tenido varias experiencias en este año. Ha habido cosas que yo he deseado profundamente a lo largo de mi vida, algunas han ocurrido rápidamente y otras han demorado meses y años, incluso yo mismo las había olvidado. No es que hayan dejado de importarme o de quererlas, es que con el paso del tiempo se fueron sumando otras y así, las peticiones de mi corazón se fueron renovando.Pero hay alguien que tiene todo apuntado en su agenda para nosotros, a Él no se le escapa detalle y nos da aquello que anhelamos no cuando nosotros queremos, sino cuando estamos preparados para recibirlo. Su nombre es Cristo y en Él se cumplen todos nuestros sueños. Y es maravilloso cómo ocurre… es como en las películas de suspense, que cuando uno menos imagina aparece el sospechoso y damos un brinco en el asiento; pues así mismo ocurre con las sorpresas de Dios, que cuando tú pensabas que Él se había olvidado, más aún, cuando hasta tú mismo te habías olvidado, se cumple el tiempo establecido por Él para tu vida y recibes lo que tanto añoraste.
Cuando yo lo había olvidado, Dios consideró que estaba preparado para una sorpresa así.
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