Normalmente, cuando nos enfrentamos a situaciones que no sabemos cómo afrontarlas en la vida, nos solemos sentir incapaces para ello, tenemos limitadas nuestras fuerzas para dar pasos adelante. Siempre sucede que, cuando una persona se pone metas y objetivos por los cuales luchar, siempre van a venir los vientos contrarios queriéndole hacer retroceder.
Tenemos el caso de Jeremías, siervo de Dios que se desenvolvía como una persona temerosa de Él; llegó un momento en su vida, en el cual no se explicaba ciertas cosas que Dios le estaba induciendo a a hacer; Dios le ordenó que comprara una heredad dentro del territorio de Israel, cuando esa ciudad iba a ser saqueada por un pueblo enemigo; puesto que él no entendía la orden de Dios, llegó al extremo de preguntarle a Dios que para qué iba a invertir en aquella tierra si iba a ser asolada; y Dios le respondió esto: he aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? Jeremías: 32:27
Hay cosas que Dios permite que nosotros hagamos o que Él nos guía hacer y todo va respaldado con un propósito divino. Aunque muchas veces no lo entendamos, es importante descansar en que Dios tiene el control absoluto de nuestras vidas. No se trata de nuestro esfuerzo, de nuestro esmero o de nuestra disposición, sino de la obra poderosa de Nuestro Dios, manifestada en los momentos de nuestra limitación; como Jeremías, muchas veces nos podemos ver privados de explicación a cosas que estemos viviendo en lo personal, laboral, económico, familiar, matrimonial etc..; y la mirada de Dios no solo esta en el presente sino en lo por venir.
Muchas veces nos frustramos por lo que estamos viviendo en el presente, problemas, sinsabores de la vida, en fin, situaciones que no logramos entender; pero la Gloriosa respuesta de Dios hacia Jeremías fue ¿habrá algo que sea difícil para mí?; esta respuesta nos deja perplejos ante cualquier compromiso o circunstancia en la que nos podamos encontrar; hay muchos que se establecieron retos, metas, objetivos, propósitos que cumplir, pero quizás se sientan apocados porque no poseen los recursos para cumplir todo lo que conlleva aquella visión o meta.
Pero esto no se trata de lo que hagamos, sino de que para Dios no hay nada imposible; aunque para Jeremías parecía ilógico y no entendible, para Dios había una razón, y esa razón era que sus ojos estaban viendo el futuro, no solo el presente.
Hay cosas que te habrán hecho menguar tu fe, cundir tu desánimo, tu desaliento; ¿no sabes cómo afrontar los compromisos económicos en tus estudios, en tu casa, los problemas matrimoniales son ya muy fuertes y no sabes como solucionarlos?; pues hay una palabra de Dios para tu vida en este momento; he aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?
Nada, por muy difícil que sea para el ser humano, lo es para Dios; ¿es un cáncer?, ¿el sida?, ¿una tristeza?, ¿una traición?, ¿que tu esposo(a) se convierta?, ¿el desempleo?, ¿qué es? Amado hermano(a), este es el momento para que levantes tu mirada hacia el cielo, mires a lo alto y reconozcas que para Dios nada hay imposible, y hete aquí,... Él convierte tu valle de lágrimas en fuente de gozo, tu tristeza en alegría, tu tribulación en fortaleza; si tan solo te aferras a esta promesa, seguro que comprenderás que si Dios obró en el pasado lo volverá a hacer otra vez; Dios no se mueve de acuerdo a nuestro panorama o de acuerdo a nuestras expectativas; Dios actúa en tu vida y supera todas las expectativas que tenias acerca de Él.
Nada, por muy difícil que sea para el ser humano, lo es para Dios; ¿es un cáncer?, ¿el sida?, ¿una tristeza?, ¿una traición?, ¿que tu esposo(a) se convierta?, ¿el desempleo?, ¿qué es? Amado hermano(a), este es el momento para que levantes tu mirada hacia el cielo, mires a lo alto y reconozcas que para Dios nada hay imposible, y hete aquí,... Él convierte tu valle de lágrimas en fuente de gozo, tu tristeza en alegría, tu tribulación en fortaleza; si tan solo te aferras a esta promesa, seguro que comprenderás que si Dios obró en el pasado lo volverá a hacer otra vez; Dios no se mueve de acuerdo a nuestro panorama o de acuerdo a nuestras expectativas; Dios actúa en tu vida y supera todas las expectativas que tenias acerca de Él.
Quizás las situaciones te habían cegado tu visión de mirarle a Él y únicamente a Él. No hay nada imposible para Dios; Él es poderoso para sanarte si estás enfermo, es poderoso para levantarte si estás caído, es Poderoso para hacer todas las cosas nuevas si tan solo te vuelves a Él. Si en este momento estás dispuesto a aferrarte a esta palabra, repite con júbilo esta oración:
Padre Nuestro que estás en el Cielo; en este momento me aferro a tu palabra y declaro que no hay nada imposible para ti; proclamo que tu mano se mueve en este mismo momento, para sanar, para liberar, restaurar, cambiar y transformar todas las situaciones difíciles que estoy viviendo; declaro que eres Poderoso para proveer en todos los sentidos y me declaro vencedor en el Nombre Poderoso de Jesús, amén.
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