domingo, 3 de agosto de 2014

Franqueza, Honestidad y Confianza

“Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa”. PROVERBIOS 27:5-6 
He aquí dos aspectos fundamentales de las relaciones humanas, la honestidad y la confianza. Estos dos aspectos están íntimamente entrelazados y sin el uno no puede haber mucho del otro. Sin embargo, lo que se observa más normalmente en las interacciones personales, es todo lo contrario a estos dos comportamientos. Ordinariamente, vemos cómo la gente se trata, unos a otros, con deshonestidad y desconfianza.
franquezaMuchas veces ocultamos nuestros verdaderos sentimientos y actitudes, pretendiendo que todo está bien en una relación. Ésto no es más que una mentira disfrazada de tolerancia que eventualmente, se vuelve imposible de manejar y suele acabar explosionando con consecuencias incalculables. Y por otra parte, la desconfianza surge de las propias experiencias y de los métodos con los que fuimos criados. Se nos enseñó a ser individualistas, a no confiar en los demás pues nos podrían robar los méritos, etc.
La solución no es, por supuesto, que comencemos a confiar en todo el mundo y que le digamos a todos lo primero que pase por nuestras mentes. Como seres racionales que somos, debemos actuar con prudencia y tener cuidado de no herir la sensibilidad de los demás.
Hay que decir las cosas, pero hay que saber cómo decirlas y usar el momento oportuno. No debemos guardar en nuestro corazón los desacuerdos y las desavenencias, especialmente entre amigos. Cuando estas cosas se guardan terminan degenerando en amargura.
Dejemos que nuestros pensamientos y nuestros actos estén controlados por el Espíritu Santo de DIOS, preguntémosle, y veremos cómo seremos investidos de valor para hablar con franqueza y sinceridad a los demás. Cuidémonos también, de no ser rudos e irrespetuosos porque caeríamos en el abuso y la agresión.
Es posible que nuestras palabras, aunque sean cuidadosamente escogidas, no caigan bien cuando las digamos, pero al poco tiempo podremos ver cómo las personas a quienes fueron dirigidas, nos agradecerán por lo que les hemos comunicado.
Busquemos continuamente la solución en el poder transformador de Cristo, quien nos enseñará a actuar como es debido frente a nuestro prójimo: con confianza y honestidad. Este es un modo sencillo de agradar a DIOS y de amar al prójimo. ¡Solo a DIOS sea la gloria! 
Padre Celestial, dame la sabiduría necesaria para ser una persona íntegra, y que todo lo que haga sea con la ayuda del Espíritu Santo. En el nombre de Cristo, amén.

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