martes, 29 de julio de 2014

¡Gracias por mi enemigo!

Te doy gracias por mi enemigo.
“Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl”. 1 Samuel 24:5
Si hay alguien empeñado en buscar tu mal y en desacreditarte, tienes una bendición muy grande. Eso no le sucede a cualquiera. Tu enemigo y tú han sido escogidos por Dios, y detrás de tu enemigo está la mano de Dios.
En realidad, la rivalidad que surgió de Saúl contra David fue lo mejor que le pudo pasar a David. Dios le hizo un favor a David: usó a Saúl para mantener a David huyendo por los agrestes montes, donde aprendió a ser sensible a la voz del Espíritu Santo 1 Samuel 24:5, y donde aprendió acerca del perdón total. Saúl fue el pasaporte para un mayor acercamiento de David a Dios.
Cuando alguien decide perdonar completamente a su enemigo, se cruza la barrera de lo natural a lo sobrenatural. Tal vez tú, como todos, quisieras tener todos los dones del Espíritu Santo, ya que aparte del don de la sanidad, de la intercesión y de la paciencia, el don que más debemos pretender es el del perdón.
Todos los dones son sobrenaturales, lo cual quiere decir que están fuera de lo normal. En realidad, no hay ninguna explicación natural para lo milagroso, de ahí los milagros. Por ello, cuando damos nuestro perdón a alguien obramos un milagro. Cuando perdonamos totalmente, alcanzamos el nivel más alto en términos de espiritualidad.
David tuvo al rey Saúl en sus manos para cortarle la cabeza y, hasta cierto punto, Saúl se lo merecía. Después de todo, Dios ya había escogido y bendecido a David como futuro rey de Israel. David pudo haber razonado de esa forma y haber actuado en consecuencia, pensando que contribuía a los propósitos de Dios al matar a Saúl. Humanamente hablando, matar a Saúl es lo que cualquiera de nosotros hubiera hecho, pero David hizo algo que le acreditó el titulo de “hombre de acuerdo al corazón de Dios”. No hay nada que alegre más al corazón de Dios que el perdón. El gozo más grande de Él es perdonarnos entre nosotros.

Pidámosle que reflejemos su carácter, perdonando a alguien a quien consideramos que sea imposible perdonarlo jamás. ¿Podrás hoy cruzar la barrera de lo sobrenatural?

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