viernes, 11 de julio de 2014

El proceso de la visión

EL SEXTO PRINCIPIO

El sexto principio en nuestros Doce Principios de la Visión, es que nosotros debemos entender el proceso de la misma. Es decir, Dios tiene un plan para cada una de nuestras vidas, sin embargo, Él hace que estos planes se den de manera gradual. Dios nos dice hacia dónde ir con nuestras visiones, pero pocas veces nos dice cómo nos llevará exactamente allí. Él nos da el propósito, pero no explica el proceso completo.
Proverbios 16:9, dice: “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová enderezará sus pasos”.
Fíjate en la palabra “pasos”. Dios no dijo que Él dirigiría nuestros brincos, sino nuestros pasos. No hay una manera acelerada para obtener la visión de Dios. Él nos dirige paso a paso, día a día, por medio de diversas pruebas y oportunidades de edificación de nuestro carácter, mientras nos mueve hacia nuestros sueños.

¿Por qué nos dirige Dios de esta manera? Porque Él no quiere simplemente que ganemos; Él quiere que ganemos con estilo. El deseo de Dios es formar gente con carácter y combatiente; gente que pueda decir: “Dios no solo me indujo esta visión. Él me cualificó para ella”.
En el momento que recibimos nuestras visiones aún no estamos listos para ellas. No tenemos la experiencia o el carácter preciso para ellas. Dios podría completarlas rápidamente, pero lo que Él desea es hacerlas por medio de nosotros, Él quiere prepararnos para recibirlas, pero antes, trabajar para ellas. Esta es la manera en la cual el Señor trabajó en las vidas de los grandes líderes de la Biblia, y es la manera como todavía trabaja hoy.

"Padre, he visto en mi vida que no hay prisa para obtener Tu visión. Tú tienes un plan para dirigirme paso a paso a donde necesito estar. Ayúdame a tener paciencia y fe para confiar en Ti en cada paso del camino. En el nombre de Jesús, amén".
Debemos entender que la visión es un proceso.

DIOS ESCOGE LA RUTA

Preguntémosle a Dios: “¿Por qué necesito ir de esta manera? No me gusta esta ruta”. Él nos contestará que la ruta va hacer dos cosas por nosotros:
1. Desarrolla nuestro carácter.
2. Produce responsabilidad en nosotros.
No nacimos con estas cosas; tenemos que aprenderlas. Además, si Dios nos fuera a mostrar la ruta completa hacia donde vamos, podríamos decir: “Me quedaré donde estoy ahora”.

Fíjate en la vida de José por ejemplo. Cuando tenía diecisiete años, tuvo un sueño de parte de Dios, en el cual su padre, madre y hermanos se arrodillaban ante él (Génesis 37:9-10). José pensó para sí mismo: “¡Sí! Me gusta este sueño”. Dios le había dado una visión, sin embargo, no le dijo cómo iba a hacerla. Suponiendo que Dios le hubiera dicho: “José, vas a convertirte en un gran gobernante, y esto es lo que Yo he planeado para ello: tus hermanos te van quitar el derecho a tus ropas favoritas; te van a lanzar a un pozo y te van a vender como esclavo. Luego, la esposa de tu patrón va a mentir acerca de ti, acusándote de violación, y tu patrón te va a meter en la cárcel, donde quedarás olvidado por mucho tiempo. Pero finalmente saldrás de allí”.
Si Dios le hubiera dicho eso, José probablemente hubiera replicado: “Me quedo como pastor. Estoy feliz donde estoy ahora”.

Dios protege nuestras visiones, al dirigirnos de acuerdo a Su ruta y Su tiempo.
"Padre, Tú estás comprometido conmigo a completar la obra que empezaste en mí. Gracias por desarrollar mi carácter y la responsabilidad en mi vida. En el nombre de Jesús, amén".
Tú debes aprender a prepararte para lo que Dios ya dijo que venía.

EN PLENO PROCESO

Está en la mitad del proceso de la visión y se pregunta... “¿Cómo será el fin de la visión que Dios me prometió?” Quizá usted comienza a preguntarse si hay un Dios en el cielo.

José se sintió de la misma manera durante su prueba. Él se encontró sentado en el fondo del pozo cuando, tiempo después, se vería sentado en un trono. Probablemente pensaría: “¿Donde está el Dios que me muestra el sueño?” Si así es, la respuesta de Dios a José sería algo como esto: “Estoy contigo en el pozo, estoy trabajando en tu carácter, pues no podrás gobernar bien sin él”. ¿Se supone que José no habría aprendido a autocontrolarse antes, a través de todas sus penurias? Cuando la esposa de Potifar trató de seducirle, él pudo haber caído en la tentación. Pero en vez de eso, debido a que había aprendido la disciplina y confianza en Dios, pudo estar confiado en tal situación.
¿Qué hubiera pasado si Dios le hubiera dicho a Moisés, cuando era uno de los hombres más poderosos de Egipto, que para que cumpliera la visión de Dios de liberar a los israelitas, él debería perder su posición, pasar por numerosas penurias, y finalmente que él no entraría a la Tierra Pro­metida? Probablemente, Moisés habría dicho: “Señor, Tú puedes prever qué será tanto del pueblo como del faraón, pero yo no cumpliré esta visión”. Sin embargo, a través de un largo proceso, Moisés profundizó en su relación con Dios, desarrolló el carácter y cumplió su propósito.
¿Cree usted realmente que Dios ve y lo sabe todo? Si usted lo cree, entonces tiene que confiar en que sus penurias son parte de Su plan perfecto para usted.
"Padre, yo creo que Tú ves y lo sabes todo acerca de mí y del plan que tienes para mi vida. Por favor, ayúdame a confiar en Ti y a enfrentarme a las pruebas con gozo, y confiado sabiendo que Tú me estás perfeccionando. En el nombre de Jesús, amén.
Tú tienes que confiar que tus penurias son parte del perfecto plan de Dios para ti.

 

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