viernes, 11 de julio de 2014

¡Diga la verdad! - Reflexiones

Una vez, una maestra de escuela dominical le dijo a su clase de adultos: “El próximo domingo voy a dar una lección muy importante. Quiero que antes, todos lean el capítulo 17 del Evangelio de San Marcos”. Los alumnos asintieron.
El domingo siguiente la maestra les dijo: Por favor, los que leyeron el capítulo 17 del Evangelio de San Marcos levanten la mano. Casi todos la levantaron.
Entonces, la maestra dijo: “Muy interesante, de verdad. El Evangelio de San Marcos tiene sólo 16 capítulos. Pero al menos sé que mi lección va a dar en el blanco. Hoy voy a enseñar sobre lo que dijo Jesús de mentir”.
Quizá el mayor castigo por mentir no esté en que una persona sea agarrada mintiendo, sino que el castigo, “escondido”, para un mentiroso, es que nunca cree verdaderamente lo que dice otra persona.
¡Diga la verdad!  A la larga sufrirá menos bochornos y emocionalmente, se sentirá mejor.  Aunque el decir la verdad le traiga un dolor temporal, Dios honrará su valor y le bendecirá por hacer lo correcto.
El problema con decir la verdad a medias es que se está acostumbrando a que lo descubran.

Proverbios 19:5
El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras no escapará.

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