miércoles, 30 de julio de 2014

El Ferrocarril más alto del mundo - Reflexiones

La gente decía que no podía hacerse: construir un ferrocarril sobre el nivel del mar desde la costa del Océano Pacífico hasta la Cordillera de los Andes, el segundo sistema montañoso más alto del mundo después de la Cordillera del Himalaya.
Pero eso era precisamente, lo que Ernest Malinowski, un ingeniero nacido en Polonia quería hacer. En 1859, se propuso construir una línea de ferrocarril desde Callao, en la costa del Perú, hasta el interior del país, a una elevación máxima de casi seis mil metros.
Si se alcanzaba el éxito, sería el ferrocarril más alto del mundo.
Los Andes son unas montañas traicioneras. La altitud hace muy difícil el trabajo, y a esto se suman las bajas temperaturas, los glaciares y la actividad volcánica. Las montañas van desde el nivel del mar hasta unos cuantos miles de metros en una distancia muy corta.
Ascender a esas alturas en aquellas montañas dentadas, requeriría toboganes, rutas en forma de zigzag y numerosos puentes y túneles. Es difícil imaginar cómo pudo hacerse este trabajo con un equipo de construcción relativamente primitivo, a grandes alturas y con un terreno montañoso lleno de obstáculos. Pero Malinowski y sus trabajadores triunfaron. Hay, en el trayecto, aproximadamente cien túneles y puentes, algunos de ellos verdaderas hazañas de ingeniería. 
Hoy en día, el ferrocarril es testimonio de la tenacidad de los hombres que lo construyeron. No importando lo que pudiera ocurrir en el proceso, Malinowski y su equipo nunca, nunca se dieron por vencidos.
¿Hay algo realmente difícil? Puede que sí, pero quizá no imposible. Los grandes soñadores no se detienen. Cada obstáculo es un desafío pero nunca un impedimento, Dios está a tu lado para darte la fuerza. Nunca te detengas por temor, ve adelante. Este podría ser un gran día en tu vida.
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. Josué 1:5-7

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