domingo, 13 de julio de 2014

De Todas Maneras - Crecimiento personal-espiritual

Desde que supe de la vida de la Madre Teresa de Calcuta hace muchos años, he sentido siempre un gran respeto y una profunda admiración por esta mujer, llena del amor de Dios. Su vida me inspira este pensamiento.
Colgado en la pared en Shishu Bhavan, la casa para niños en la ciudad de Calcuta en la India, hay un letrero escrito por la Madre Teresa cuyo título es “De Todas Maneras“. En él, de forma sencilla, esta formidable mujer insta al lector a continuar en el camino de la bondad, a pesar de todos los obstáculos que ineludiblemente, tarde o temprano, encuentre en él. Ella había aprendido durante todos sus años de entrega a Dios y de servicio a los más necesitados, que en el mundo encontraremos siempre gente egoísta que cuestionará nuestro proceder. No importa cuánto amor y esfuerzo hayamos puesto en cada palabra o en cada acción.
Y pensaba: “Las personas son irrazonables, ilógicas y centradas en sí mismas, pero ámalas... de todas maneras”. ¡Qué hermosa es la paz que surge del amor recíproco! Sin embargo, el camino está lleno de gente que no corresponderá a nuestro amor y más aún, que nos herirá, pero debemos persistir porque no buscamos la aprobación de los hombres sino la de Dios.
La siguiente frase en el letrero, reza así: “Si haces el bien, te acusarán de tener motivos egoístas, pero tú haz el bien de... todas maneras”Después de Dios, somos cada uno de nosotros quienes sabemos las intenciones de nuestro corazón, nadie puede reprocharnos nada más fuerte que nuestras propias conciencias, a la luz de la Palabra de Dios. Así que, si nuestro corazón no nos reprende, paz tenemos para con Dios.
El tercer pensamiento de la Madre Teresa nos habla del éxito: “Si tienes éxito ganarás verdaderos enemigos, pero ten éxito... de todas maneras”. Hay personas que, mientras estamos en una posición por debajo de ellas en la vida, en la profesión o en cualquier situación, se sienten bien con nosotros; pero el día que el éxito corona nuestra existencia, no nos perdonan el haber cumplido con nuestras metas. Solo aquellos que tienen la bondad de llorar con nosotros, se gozarán con nuestro éxito.
Continúa instándonos a no esperar el reconocimiento en la memoria de los hombres, pues todos olvidamos: “El bien que hagas se olvidará mañana, pero tú haz el bien... de todas maneras“. Que tus obras de amor no estén motivadas por el reconocimiento de los hombres, sino por Aquél que ve en secreto y que siempre te recompensará en público.

Más adelante nos habla de la honestidad y la franqueza. Estas son sus palabras: “La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable, pero sé honesto y franco... de todas maneras“. La mentira y la hipocresía se han convertido en una práctica cotidiana; nos parece mejor mentir que ser sinceros y expresar las verdaderas razones. De manera que, cuando alguien nos habla con sinceridad, cuanto expresa su corazón sin maquillaje, queda expuesto a nuestra burla e incomprensión.
Luego nos habla de lo poco valioso que puede ser para otros, nuestro esfuerzo de años: “Lo que te llevó años construir puede ser destruido en una noche, pero construye... de todas maneras. Y si tienes que vivir el dolor de la destrucción, recuerda que lo que has hecho con amor, nada ni nadie podrá borrarlo del corazón de Dios.
Por último, ella nos advierte sobre la violencia del mundo, y sobre el hombre sin agradecimiento: “Dale al mundo lo mejor que tienes y te patearán en la boca”, pero al mismo tiempo, salen de lo más profundo de su corazón estas palabras:
“Dale al mundo lo mejor que tienes,... de todas maneras”.

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