martes, 17 de junio de 2014

¿Podremos ver y conocer a nuestros amigos y familiares en el Cielo?

Mucha gente dice que la primer cosa que quieren hacer cuando lleguen al Cielo, es ver a todos sus amigos y seres queridos que han muerto antes que ellos. Sí, probablemente podremos ver, reconocer y pasar tiempo con nuestros amigos y familiares en el Cielo. En la eternidad habrá mucho tiempo para eso. Sin embargo, no es posible que éste vaya a ser nuestro enfoque primario en el Cielo. Estaremos más ocupados adorando a Dios y gozando de las maravillas del Cielo, que preocupados por reunirnos de inmediato con nuestros seres queridos.

¿Qué es lo que dice la Biblia acerca de si podremos ver y conocer a nuestros seres amados en el Cielo? Cuando el pequeño hijo de David murió como resultado de su pecado con Betsabé, después de un tiempo de duelo, David declaró: “Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” (2 Samuel 12:23). David asumió que él podría reconocer a su hijo en el Cielo, a pesar del hecho de que murió siendo un bebé. La Biblia declara que cuando lleguemos al Cielo, “...seremos semejantes a Él; porque le veremos tal como Él es.” (1 Juan 3:2).1 Corintios 15:42-44 describe nuestros cuerpos resucitados: “Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.”


Al igual que nuestros cuerpos terrenales fueron como el del primer hombre Adán (1 Corintios 15:47a), así también nuestros cuerpos resucitados serán como el de Cristo (1 Corintios 15:47b). “Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial”. “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” (1 Corintios 15:49,53). Así que, si Jesús fue reconocible en Su cuerpo resucitado, seguro que los nuestros no serán diferentes. Poder ver a nuestros seres queridos es uno de los aspectos gloriosos del Cielo, pero el Cielo es mucho más acerca de Dios, y mucho menos acerca de nuestros deseos. Qué placer será estar reunidos con nuestros seres amados, y adorar a Dios con ellos por toda la eternidad.



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