sábado, 14 de junio de 2014

Nuestra Cita


Hola, ya estoy aquí, ¿puedo pasar?,
traté de ser puntual en nuestra cita,
qué bonito es saber que has estado esperándome para que hablemos,
¡tengo tantas cosas que decirte...!

Hoy aprendí mucho en tu casa,
aprendí que si hay barreras que nos impiden trabajar para ti,
las debemos derribar con optimismo porque eso nos hará fuertes;
aprendí que si me siento como un árbol seco,
contigo seré como un árbol plantado junto al agua,
me harás reverdecer porque un día Tú recogerás mis frutos.
Aprendí que no debo sentirme más grande que los demás,
que debo ser humilde como Tú, Jesús.
 

¿Sabes?, es muy difícil tratar de imitarte,
pero día a día me esfuerzo por agradarte,
no soy perfecta, Tú lo sabes,
pero te amo; también lo sabes.

He aprendido que con cada prueba, obstáculo o barreras,
debo siempre apoyarme en ti y tener paciencia, pues Tú estás
al mando y me estarás moldeando hasta lograr convertirme
en tu mensajera. Que cómo ser la que Tú deseas, si no moldeas mi ser.
Ahora puedo comprender lo que ayer me confundía,
gracias te doy por hacerme tu escogida. 
Quiero ser un barro fino en tus manos, 
para que le des forma a mi vida y agradarte a ti. 
Gracias por todo tu amor, Señor.

Bueno, me despido, pero mañana vuelvo a tu nido,
para compartir contigo lo que he aprendido.

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